My Second Chance Book 2 Grade 10Chapter 26
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8Yo tenía 18 años y el amigo de mi papá, Alberto, siempre buscaba quedarse a solas conmigo. Desde pequeña recuerdo que el sr. Alberto entraba a mi casa con gran confianza de mis padres, pues venía a hacer reparaciones. Al terminar se sentaba a conversar y me decía que me acercara. Allí aprovechaba y me sentaba en sus piernas. Con gran disimulo acariciaba mis pequeñas nalgas y a veces deslizaba su mano por mi entrepiernas. Claro!!! sin que nadie se diera cuenta. Yo, inocente, creía que eran caricias normales. Pero volviendo a mis 11 años, recuerdo que mi mamá me mandaba a comprar al negocio del sr. Alberto. Él tenía una tienda de productos de limpieza y muchas veces mi mamá, a mediodía, se quedaba sin lavaplatos o detergente. El negocio a esa hora estaba cerrado, pero como había confianza mi mamá lo llamaba y él atendía sus necesidades. Yo bajaba y él abría la puerta que luego cerraba con llave. Ya me empezaban a salir los pechos, tenia los pezones brotados y el sr. Alberto miraba mucho mi crecimiento. Un día entré al negocio y él me abrazó colocándose de espalda a mí. Me abrazó fuerte y luego comenzó a pasar la palma de su mano por mis salidos pezoncitos. Al principio me acariciaba suave, pero de pronto pasaba rápido la palma de su mano por mis pezones que empezaban a reaccionar. Él se estremecía y de pronto me tomó del brazo y me llevó detrás del mostrador. El sr. Alberto usaba una bata azúl intenso de la que salió la punta de un gran pene bien erecto. Tomó mi mano y la colocó en su verga dura. Yo al verla me asombré y retiré la mano, pero él me dijo que no pasaba nada que era normal que debía ver y aprender cómo eran los hombres mayores que yo. Al ver que estaba asustada me tomó de nuevo por el brazo y me llevó a la tras tienda. Me sentó en un escalón de una escalera que conducía a otro lado, cuya puerta estaba cerrada. Se sentó a mi lado y me dijo que yo era como su hija, que él tenía tres varones y que siempre quiso tener una niña como yo. Acariciaba mis muslos mientras hablaba y me decía que deseaba mucho mirar y tocar la cosita que tenía entre las piernas. Decía que él nunca había visto un chochito (esto ocurrió en España)de una jovencita, ya que tenía hijos varones y su mujer era adulta. Así que me rogó que le mostrara mi chochito. Con gran susto, siguió convenciéndome con sus palabras hasta que logró bajarme las braguitas (blumer). Me abrió despacio las piernas y puso sus manos en la parte interna de mis muslos. Abrió los labios mayores de mi chochito y lo contempló por largo rato. Su cara era indescriptible, perecía que quería comérselo, con mirada lasciva, no quitaba sus ojos de allí. Luego me dijo que quería pasar su dedo y tocar mi carnosidad, pues nunca había tenido esa oportunidad con una jovencita. Yo no decía media palabra y él interpretó el silencio como aceptación a que me tocara. Comenzó a pasar la palma de su mano por mi chochito, pasaba y pasaba su gran mano por mis labios mayores, menores y de vez en cuando por mi clítosis, órgano que no tenía aún estimulado, por lo que sentía sólo sus caricias. El hombre se ponía cada vez más cachondo tocaba y tocaba allí y pude observar que tomaba con su otra mano sus gran verga y se daba. Luego supe que así se masturbaban los hombres. Con su mano bien ajustada a la polla se daba hacia arriba y hacia abajo, fuerte, no paraba. Mientras, comenzó con su dedo a frotar mi chochito por dentro. Pasaba su grueso dedo por todos lados y yo asombrada veía como aquel hombre se afanaba en sus caricias y en tocar con velocidad su polla. De pronto empezó a gemir y a frotar muy afanado su órgano viril hasta que salió de él un líquido viscoso que vi por primera vez. El sr. Alberto dejó de masturbarse y de tocar mi chochito, pues quedó exhausto de aquel episodio. Respiraba con rapidez. Luego guardó su polla, se abrochó su bata y me colocó las braguitas. Me dijo que eso quedaba entre nosotros dos solamente y que recordara que él era como un segundo padre y que siempre me trataría como alguien muy especial. Yo me fui a mi casa con los productos que preparó para mi mamá.
Continuara....
Continuara....
Mei
- 27.07.2021
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