Historia de Ang lica
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Después de lo que había pasado en el hotel aquel, no podía quitarme de la cabeza lo ocurrido.
Antes de salir de la habitación me había dado un pequeño papel con la dirección de su trabajo y el número de teléfono.
Había pasado ya casi un mes cuando encontré esa nota guardada en mi cajón entre mi ropa anterior, la saque y no pude evitar sentir que mi respiración se agito recordando de nuevo aquella verga en mis labios entrando y saliendo, sus venas marcadas.
Cargue la nota entre mis libros unos días más hasta que me decidí a buscar la dirección, empecé por la colonia y esta se encontraba entre mi casa y el centro de la ciudad. Localizar la calle y el numero fue sencillo, aunque debo confesar que primero pase por la acera de enfrente y localice el lugar que en su fachada era una casa de una planta color beige con un portón al lado que estaba abierto y en cual se podía ver diversos artículos La calle en si era tranquila, al menos en esa hora. Después de pasar por la acera de enfrente y llegar a la esquina cruce la calle y regrese hacia el lugar, a medida que me acercaba mi excitación crecía y la imagen de su verga se me venía a la mente. Entre al lugar y empecé a ver diversas cosas, me extraño que no había nadie ahí, estuve a punto de retirarme cuando sobre mi espalda escuche que alguien dijo:
“¿Buen día en que le puedo servir?”
No respondí y me di la vuelta quedando frente a él. Sonrió al verme, traía puesto un mezclilla y una camisa y en sus manos unos candelabros.
Yo estaba nerviosa y no sabía que hacer o decir, el dejo lo que traía en sus manos, se acercó a mí y sonriendo me dijo que viera las cosas, quizá al fondo encontraría algo que me gustara.
Camine por el lugar viendo artículos diversos, era un tipo bazas de todo, pero había desde muebles antiguos hasta cosas nuevas, candelabros, biblias y cosas así. Pasaron 10 minutos que se me habían hecho eternos cuando se acercó a donde estaba.
“¿Quieres verga?”
Me quede sin responder, solo sentía la boca reseca, como si me faltara saliva y mi respiración se agito ante la pregunta tan fría.
Si la quieres ven, sígueme.
Camino adelante y lo seguí. Cerro el portón por dentro y abrió una pequeña puerta que nos llevó hacia la casa de al lado la cual era solo una pequeña oficina.
“Sácamela”
Me acerque y con nervios desabotone su pantalón, y en su ropa interior se mercaba su verga que, sin estar erecta, dejaba ver una gota de humedad en su trusa.
Baje sus pantalones y mi mano acaricio sobre su ropa interior su verga, apretándola un poco. El respiro de forma profunda, lo mire y él sonreía. Baje su trusa dejando su verga expuesta, libre, medio erecta. La tome con una mano mientras la otra se dirigía a sus testículos.
El corrió su mano hasta mi trasero y lo agarro dando un apretón, sentí que me mojaba. Su otra mano fue hacia mi rostro y acaricio mis labios con su dedo metiéndolo a mi boca al tiempo que se sentía en mi mano la dureza de su verga.
Me hizo soltarlo para empezar a subir mi blusa hasta quitármela. Se puso detrás de mí pegando su verga en mi espalda mientras desabrochaba mi sostén y dejaba expuestos mis senos, tomo ambos con sus manos por debajo apretándolos suavemente mientras sus dedos sujetaban mis pezones que para ese momento se encontraban duros. Respire profundamente, sentía mi entrepierna húmeda. Sus labios me besaron el hombro y recorrió con su lengua la parte que lo une con mi cuello hasta llegar a mi oreja. Mordió mi lóbulo mientras sus manos jugaban con mis senos.
“Eres una putita come vergas”
Me soltó y se puso frente a mí. Vi su erección. Su verga tenia marcadas las venas y se glande quedaba totalmente libre.
Desabotono mi pantalón y cayó al piso quedándome en pantis. Las tomo por delante jalándolas un poco hacia arriba para que se marcaran mis labios.
“Estas bien jugosita” Me atrajo hacia él y sus manos se posaron en mis nalgas tomando mis pantis y metiéndola entre ellas, dejando mis glúteos expuestos. Las apretó con sus manos. Sentía su respiración en mi rostro y mi respiración se agitaba, estaba muy mojada.
Se separó de nuevo de mí
“Quítatelas”
Baje mis pantis quedando completamente desnuda, mi vagina estaba húmeda y mis bellos púbicos se notaban brillosos por mis jugos.
Me contemplo un instante. Sonrió de nuevo y me acerque a el. Me puse de rodillas y se verga quedo frente a mi rostro. Estaba dura y totalmente parada, abrí la boca y saque mi lengua lamiendo su cabeza de atrás hacia adelante, lo hice de nuevo y luego recorrí toda la cabeza con mi lengua para después aprisionarla con mis labios. Estaba dura y sentí su líquido salado en mi boca. Lo disfrute y chupe. Abrí mi boca y empecé a meter toda su verga en ella. Cerré mis labios apretando su tronco, Sentía su respiración cambiar de ritmo a medida que su verga entraba y salía, primero despacio luego con más fuerza haciendo cada empujón en mi boca más profundo, llegando hasta mi garganta. Mi mano fue a sus testículos Los sobaba y apretaba mientras mi cabeza iba de atrás hacia adelante sintiendo cada parte de su verga dura.
“Ven”
Me levanto y me coloco en el sofá, abrió mis piernas y se colocó entre ellas. Tomo su verga y empezó a sobar mis labios y mi clítoris con la cabeza, me masturbaba con ella y yo sentía que me mojaba más. Estaba lista para sentirlo dentro, quería aquella verga que me tallaba de arriba hacia abajo y de atrás hacia adelante. De pronto mi respiración se agito aún más y mi cuerpo empezó a tensarse. Su verga empezó a golpear mi clítoris haciéndome sentir pequeñas descargas eléctricas y mi vagina se mojaba más. Puso la cabeza de verga justo en la entrada de mi vagina y con su mano me masturbo hasta hacerme terminar, me tense sintiendo una oleada de calor, gemí y mordí mis labios mientras mi vagina se mojaba y mojaba su verga. Soltó mis piernas y vino a mí, su verga estaba mojada de mis jugos, mi boca se abrió y entro en ella, sentí mi sabor y mi olor. Metía su verga en mi boca mientras su mano seguía tocándome, sus dedos separaban mis labios vaginales mientras otro dedo acariciaba mi clítoris, su embestida fue más fuerte, me tenía a merced, no había forma de escapar. Mi boca recibía toda su verga bien fuera llegando hasta mi garganta o levantando por dentro mi mejilla. Su respiración se volvió más fuerte mientras yo me contorsionaba de nuevo sintiendo una ola de calor llenándome al tiempo que mis músculos se ponían tensos para después soltarse al momento en que sentí en mi boca su leche caliente llenándome, empecé a tragarla toda, sentía la fuerza con que salía de su verga mientras mi lengua acariciaba su cabeza. Termino. Dejo de tocar mi vagina. Su verga aún estaba en mi boca. Sentí como perdió su erección y deje que saliera.
El olor a sexo llenaba la pequeña oficina. Se sentó en una silla y me miro la entrepierna.
“¿Así se la mamas a tu novio?”
No
Se levantó y empezó a vestirse indicándome donde estaba el baño. Recogí mi ropa y me metí. Al salir ya no estaba en la habitación y la puerta estaba abierta. Salí y ahí estaba fumando. Me vio y sonrió.
"La próxima vez que vengas te depilas la puchita".
Asentí con la cabeza y me fui. Aun traía el sabor de su leche en mi boca.
Antes de salir de la habitación me había dado un pequeño papel con la dirección de su trabajo y el número de teléfono.
Había pasado ya casi un mes cuando encontré esa nota guardada en mi cajón entre mi ropa anterior, la saque y no pude evitar sentir que mi respiración se agito recordando de nuevo aquella verga en mis labios entrando y saliendo, sus venas marcadas.
Cargue la nota entre mis libros unos días más hasta que me decidí a buscar la dirección, empecé por la colonia y esta se encontraba entre mi casa y el centro de la ciudad. Localizar la calle y el numero fue sencillo, aunque debo confesar que primero pase por la acera de enfrente y localice el lugar que en su fachada era una casa de una planta color beige con un portón al lado que estaba abierto y en cual se podía ver diversos artículos La calle en si era tranquila, al menos en esa hora. Después de pasar por la acera de enfrente y llegar a la esquina cruce la calle y regrese hacia el lugar, a medida que me acercaba mi excitación crecía y la imagen de su verga se me venía a la mente. Entre al lugar y empecé a ver diversas cosas, me extraño que no había nadie ahí, estuve a punto de retirarme cuando sobre mi espalda escuche que alguien dijo:
“¿Buen día en que le puedo servir?”
No respondí y me di la vuelta quedando frente a él. Sonrió al verme, traía puesto un mezclilla y una camisa y en sus manos unos candelabros.
Yo estaba nerviosa y no sabía que hacer o decir, el dejo lo que traía en sus manos, se acercó a mí y sonriendo me dijo que viera las cosas, quizá al fondo encontraría algo que me gustara.
Camine por el lugar viendo artículos diversos, era un tipo bazas de todo, pero había desde muebles antiguos hasta cosas nuevas, candelabros, biblias y cosas así. Pasaron 10 minutos que se me habían hecho eternos cuando se acercó a donde estaba.
“¿Quieres verga?”
Me quede sin responder, solo sentía la boca reseca, como si me faltara saliva y mi respiración se agito ante la pregunta tan fría.
Si la quieres ven, sígueme.
Camino adelante y lo seguí. Cerro el portón por dentro y abrió una pequeña puerta que nos llevó hacia la casa de al lado la cual era solo una pequeña oficina.
“Sácamela”
Me acerque y con nervios desabotone su pantalón, y en su ropa interior se mercaba su verga que, sin estar erecta, dejaba ver una gota de humedad en su trusa.
Baje sus pantalones y mi mano acaricio sobre su ropa interior su verga, apretándola un poco. El respiro de forma profunda, lo mire y él sonreía. Baje su trusa dejando su verga expuesta, libre, medio erecta. La tome con una mano mientras la otra se dirigía a sus testículos.
El corrió su mano hasta mi trasero y lo agarro dando un apretón, sentí que me mojaba. Su otra mano fue hacia mi rostro y acaricio mis labios con su dedo metiéndolo a mi boca al tiempo que se sentía en mi mano la dureza de su verga.
Me hizo soltarlo para empezar a subir mi blusa hasta quitármela. Se puso detrás de mí pegando su verga en mi espalda mientras desabrochaba mi sostén y dejaba expuestos mis senos, tomo ambos con sus manos por debajo apretándolos suavemente mientras sus dedos sujetaban mis pezones que para ese momento se encontraban duros. Respire profundamente, sentía mi entrepierna húmeda. Sus labios me besaron el hombro y recorrió con su lengua la parte que lo une con mi cuello hasta llegar a mi oreja. Mordió mi lóbulo mientras sus manos jugaban con mis senos.
“Eres una putita come vergas”
Me soltó y se puso frente a mí. Vi su erección. Su verga tenia marcadas las venas y se glande quedaba totalmente libre.
Desabotono mi pantalón y cayó al piso quedándome en pantis. Las tomo por delante jalándolas un poco hacia arriba para que se marcaran mis labios.
“Estas bien jugosita” Me atrajo hacia él y sus manos se posaron en mis nalgas tomando mis pantis y metiéndola entre ellas, dejando mis glúteos expuestos. Las apretó con sus manos. Sentía su respiración en mi rostro y mi respiración se agitaba, estaba muy mojada.
Se separó de nuevo de mí
“Quítatelas”
Baje mis pantis quedando completamente desnuda, mi vagina estaba húmeda y mis bellos púbicos se notaban brillosos por mis jugos.
Me contemplo un instante. Sonrió de nuevo y me acerque a el. Me puse de rodillas y se verga quedo frente a mi rostro. Estaba dura y totalmente parada, abrí la boca y saque mi lengua lamiendo su cabeza de atrás hacia adelante, lo hice de nuevo y luego recorrí toda la cabeza con mi lengua para después aprisionarla con mis labios. Estaba dura y sentí su líquido salado en mi boca. Lo disfrute y chupe. Abrí mi boca y empecé a meter toda su verga en ella. Cerré mis labios apretando su tronco, Sentía su respiración cambiar de ritmo a medida que su verga entraba y salía, primero despacio luego con más fuerza haciendo cada empujón en mi boca más profundo, llegando hasta mi garganta. Mi mano fue a sus testículos Los sobaba y apretaba mientras mi cabeza iba de atrás hacia adelante sintiendo cada parte de su verga dura.
“Ven”
Me levanto y me coloco en el sofá, abrió mis piernas y se colocó entre ellas. Tomo su verga y empezó a sobar mis labios y mi clítoris con la cabeza, me masturbaba con ella y yo sentía que me mojaba más. Estaba lista para sentirlo dentro, quería aquella verga que me tallaba de arriba hacia abajo y de atrás hacia adelante. De pronto mi respiración se agito aún más y mi cuerpo empezó a tensarse. Su verga empezó a golpear mi clítoris haciéndome sentir pequeñas descargas eléctricas y mi vagina se mojaba más. Puso la cabeza de verga justo en la entrada de mi vagina y con su mano me masturbo hasta hacerme terminar, me tense sintiendo una oleada de calor, gemí y mordí mis labios mientras mi vagina se mojaba y mojaba su verga. Soltó mis piernas y vino a mí, su verga estaba mojada de mis jugos, mi boca se abrió y entro en ella, sentí mi sabor y mi olor. Metía su verga en mi boca mientras su mano seguía tocándome, sus dedos separaban mis labios vaginales mientras otro dedo acariciaba mi clítoris, su embestida fue más fuerte, me tenía a merced, no había forma de escapar. Mi boca recibía toda su verga bien fuera llegando hasta mi garganta o levantando por dentro mi mejilla. Su respiración se volvió más fuerte mientras yo me contorsionaba de nuevo sintiendo una ola de calor llenándome al tiempo que mis músculos se ponían tensos para después soltarse al momento en que sentí en mi boca su leche caliente llenándome, empecé a tragarla toda, sentía la fuerza con que salía de su verga mientras mi lengua acariciaba su cabeza. Termino. Dejo de tocar mi vagina. Su verga aún estaba en mi boca. Sentí como perdió su erección y deje que saliera.
El olor a sexo llenaba la pequeña oficina. Se sentó en una silla y me miro la entrepierna.
“¿Así se la mamas a tu novio?”
No
Se levantó y empezó a vestirse indicándome donde estaba el baño. Recogí mi ropa y me metí. Al salir ya no estaba en la habitación y la puerta estaba abierta. Salí y ahí estaba fumando. Me vio y sonrió.
"La próxima vez que vengas te depilas la puchita".
Asentí con la cabeza y me fui. Aun traía el sabor de su leche en mi boca.
Lauryn
- 09.11.2020
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