Foggy Beach
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El Repartidor free porn video
El repartidor
Aquel verano me lo iba a pasar solo, sin trabajo y sin pareja, con el paro casi agotado, me salió la oportunidad de trabajar como repartidor de una pequeña cadena de supermercados.
Un contrato de dos meses y repartir por la ciudad desde las 3 de la tarde hasta terminar, el sueldo no era gran cosa pero una posibilidad.
Nuestra tarea era recoger los pedidos, meterlos en la furgo y luego repartir, éramos dos el conductor y yo. Si había un cliente sólo , salía yo y el esperaba en la furgoneta, si había dos pues nos repartíamos los pedidos.
Al tercer día me llamo la atención que algunos pedidos, los quería repartir él personalmente y que solía dejarlos para el final, a mi no me m*****aba pues aprovechaba para tomarme un respiro y un cafecito.
El martes en mitad del reparto tuvo una indisposición, y en cada parada tenía que ir al baño, a las 7 de la tarde a mitad de reparto. Lo llevé a su casa y continué yo con el reparto.
El último reparto. Toco al timbre:
-Buenas tardes, servicio a domicilio.
-Hola, hoy llegáis tarde, pasa.
Subí el paquete en ascensor y al llegar al 4b, la puerta estaba entreabierta, toqué el timbre y desde dentro la misma voz de mujer de antes me respondió pasa y déjalo en la cocina que ya voy y te firmo.
-Buenas disculpe, pero yo no…-dije entreabriendo la puerta.
- Al final del pasillo apareció una señora, con tan solo la braguita del bikini y mostrando unos pequeños y deliciosos senos.
-Ponlo ahí en esa puerta a la derecha que ya voy.-dijo sin inmutarse lo más mínimo.
Deje el bulto sobre la mesa de la cocina y esperaba con el resguardo en la mano para que me lo firmase, pero mi pene por decisión propia había decidido que había que esperar por la señora en posición de firmes, tremenda erección tenía yo luego de tantos días sin sexo.
-En segundos apareció en la cocina, se había cubierto tan solo con una, bata transparente, que hacía que sus senos pareciesen aún más hermosos, igual me quede un poco embobado.
-¿dónde está tu compañero?
-Se encontró indispuesto a mitad del reparto.
-Veo que algo te ha impresionado por ahí abajo.
-Disculpe señora, pero creo que es mejor que me firme el papel para poder irme.
-Tu compañero no se va sin antes comerme algo. Decía al tiempo de sentarse sobre la mesa y separando sus muslos. Un hermoso coño sonrosado y depilado, yo no pude resistirme a la tentación y me ti mi lengua, ávida de deseo, en su coño.
Recorrí sus labios de arriba abajo deleitándome con sus jugos, acariciando su clítoris con la punta de lengua y bajando hasta su rendija, para meterla lo mas profundo en aquella húmeda cueva.
Ella tiró de mi cabeza hasta sus bellos y turgentes senos, con unos pezones erguidos y enormes. Yo con mi mano, desabrochaba el pantalón y me bajaba la ropa, y comencé a frotar mi pene, contra su vulva mientras devoraba sus pechos, succionaba sus pezones, los acariciaba con mi lengua y de un empujón metí mi polla en su húmedo coño y estuve disfrutando de un frenito mete-saca, mientras besaba sus labios y la sujetaba fuertemente por las nalgas.
Sus gemidos y sus jadeos me hacían aumentar el ritmo y la intensidad de mis penetraciones, al notar que me iba a correr hice ademán de retirarme, pero tiró de mí diciéndome,
-Ya que tomo la píldora, déjame disfrutar el momento.
-Yo también disfruté corriéndome dentro de ella pegándome a su cuerpo.
Me alcanzó un trozo de papel de cocina con el que me limpié.
-Vístete y vete, y no puedes contarle esto a nadie y mucho menos a tu compañero de reparto que es mi marido. Y ya me enteraré yo de donde ha estado enfermo.
-Ummm, por mi vale, pero dame tu móvil, dije yo mientras cogía mi móvil y hacia una foto de su precioso coño.
Ella separó sus labios con los dedos y yo volví a disparar.
-De acuerdo te lo doy pero no me envíes nada a partir de la tarde y luego mándame esa foto, y ya te enviaré yo alguna….
Aquel verano me lo iba a pasar solo, sin trabajo y sin pareja, con el paro casi agotado, me salió la oportunidad de trabajar como repartidor de una pequeña cadena de supermercados.
Un contrato de dos meses y repartir por la ciudad desde las 3 de la tarde hasta terminar, el sueldo no era gran cosa pero una posibilidad.
Nuestra tarea era recoger los pedidos, meterlos en la furgo y luego repartir, éramos dos el conductor y yo. Si había un cliente sólo , salía yo y el esperaba en la furgoneta, si había dos pues nos repartíamos los pedidos.
Al tercer día me llamo la atención que algunos pedidos, los quería repartir él personalmente y que solía dejarlos para el final, a mi no me m*****aba pues aprovechaba para tomarme un respiro y un cafecito.
El martes en mitad del reparto tuvo una indisposición, y en cada parada tenía que ir al baño, a las 7 de la tarde a mitad de reparto. Lo llevé a su casa y continué yo con el reparto.
El último reparto. Toco al timbre:
-Buenas tardes, servicio a domicilio.
-Hola, hoy llegáis tarde, pasa.
Subí el paquete en ascensor y al llegar al 4b, la puerta estaba entreabierta, toqué el timbre y desde dentro la misma voz de mujer de antes me respondió pasa y déjalo en la cocina que ya voy y te firmo.
-Buenas disculpe, pero yo no…-dije entreabriendo la puerta.
- Al final del pasillo apareció una señora, con tan solo la braguita del bikini y mostrando unos pequeños y deliciosos senos.
-Ponlo ahí en esa puerta a la derecha que ya voy.-dijo sin inmutarse lo más mínimo.
Deje el bulto sobre la mesa de la cocina y esperaba con el resguardo en la mano para que me lo firmase, pero mi pene por decisión propia había decidido que había que esperar por la señora en posición de firmes, tremenda erección tenía yo luego de tantos días sin sexo.
-En segundos apareció en la cocina, se había cubierto tan solo con una, bata transparente, que hacía que sus senos pareciesen aún más hermosos, igual me quede un poco embobado.
-¿dónde está tu compañero?
-Se encontró indispuesto a mitad del reparto.
-Veo que algo te ha impresionado por ahí abajo.
-Disculpe señora, pero creo que es mejor que me firme el papel para poder irme.
-Tu compañero no se va sin antes comerme algo. Decía al tiempo de sentarse sobre la mesa y separando sus muslos. Un hermoso coño sonrosado y depilado, yo no pude resistirme a la tentación y me ti mi lengua, ávida de deseo, en su coño.
Recorrí sus labios de arriba abajo deleitándome con sus jugos, acariciando su clítoris con la punta de lengua y bajando hasta su rendija, para meterla lo mas profundo en aquella húmeda cueva.
Ella tiró de mi cabeza hasta sus bellos y turgentes senos, con unos pezones erguidos y enormes. Yo con mi mano, desabrochaba el pantalón y me bajaba la ropa, y comencé a frotar mi pene, contra su vulva mientras devoraba sus pechos, succionaba sus pezones, los acariciaba con mi lengua y de un empujón metí mi polla en su húmedo coño y estuve disfrutando de un frenito mete-saca, mientras besaba sus labios y la sujetaba fuertemente por las nalgas.
Sus gemidos y sus jadeos me hacían aumentar el ritmo y la intensidad de mis penetraciones, al notar que me iba a correr hice ademán de retirarme, pero tiró de mí diciéndome,
-Ya que tomo la píldora, déjame disfrutar el momento.
-Yo también disfruté corriéndome dentro de ella pegándome a su cuerpo.
Me alcanzó un trozo de papel de cocina con el que me limpié.
-Vístete y vete, y no puedes contarle esto a nadie y mucho menos a tu compañero de reparto que es mi marido. Y ya me enteraré yo de donde ha estado enfermo.
-Ummm, por mi vale, pero dame tu móvil, dije yo mientras cogía mi móvil y hacia una foto de su precioso coño.
Ella separó sus labios con los dedos y yo volví a disparar.
-De acuerdo te lo doy pero no me envíes nada a partir de la tarde y luego mándame esa foto, y ya te enviaré yo alguna….
Lynne
- 26.10.2021
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