De Negro A Rosa, (From Black To Pink) free porn video

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La tarde transcurr?a con hast?o, me sent?a como enjaulado dentro de la casa, hacia mucho calor, el verano comenzaba, todos mis amigos hab?an abandonado la ciudad a disfrutar las vacaciones, y yo aqu? encerrado y aburrido. Sin muchas expectativas me dirig? al cuarto de mi hermana. -Hola Sandra, ?Qu? haces? -Me pinto las u?as, ?No lo ves? Mi hermana sentada sobre la cama pintaba las u?as de sus pies de un color negro intenso que le otorgaba ese aspecto medio "dark" que ella tanto cultivaba. -?Y tu que haces?, me contest?, mientras me echaba una mirada de reojo. -Nada, ?Es que acaso hay algo que se pueda hacer solo en esta ciudad?, dejando evidente que era absolutamente frustrante pasar todas las vacaciones en la ciudad, para mi representaba una especie de castigo. Nuestros padres hab?an decidido tomarse un viaje de segundas nupcias, viajando solos al extranjero y como Sandra y yo ya no ?ramos unos ni?os consideraron no habr?a demasiado problema en dejarnos solos por dos semanas. -Pues vamos a ver que podemos hacer "juntos", dijo Sandra, d?ndole un tono algo sarc?stico a sus palabras. -Sabes que mama me dej? a cargo, y desde ya te digo que espero te comportes como todo un "ni?o bueno", d?ndole un tono algo extra?o a sus palabras. -Vamos, ven aqu?, s?bete a la cama. ?Qu?tate los zapatos ? No pensaras subirlos a la cama!. Me quit? los zapatos y me tumbe en la cama a su lado, el calor me estaba matando, volv? mi vista al techo, todo de color rosa. Todo el cuarto era de un color rosa suave que hacia contraste con la fuerte personalidad de mi hermana. -Sonr?e hermanito, ya veras que seguro conseguimos muchas cosas que hacer. Sandra me contemplaba cuando de pronto me tomo un pie y me dijo, ?Quieres que te las pinte?. Mis pies eran algo peque?os para mi estatura, m?s largos que anchos y siempre los llevaba totalmente aseados de acuerdo a una estricta disciplina que mi madre nos hab?a ense?ado. -?Pintarme que?, le respond? -Tus u?as chico, me contest? Era claro que realmente no esperaba una respuesta de mi parte, ya que al volver la mirada hacia mis pies observ? como ya tenia al menos dos de mis u?as pintadas. -Qu?date tranquilo, me dijo mientras terminaba su labor en el pie derecho. - Trata de no mover los "deditos" hasta que seque la pintura. Sin contestarle volv? de nuevo mi mirada al techo, definitivamente me esperaban d?as de incertidumbre, -Total los pies no se ven, pens? mirando de nuevo el rosa del techo, mientras casi sin darme cuenta me dejaba pintar las u?as de los pies. -Ya esta, ?Te gustan?, pregunto mi hermana. Me encog? de hombros indiferente -Si est?n bien, le dije -Venga, ahora las manos, le dijo -?Las manos?, ? Pero all? se ver?n ? -Pues claro que se ver?n, ?Para qu? quieres pintarte las u?as?, ?Para esconderlas?, ?Te da pena?, hermanito, hermanito, tienes que aprender que importa mucho mas lo que tu sientas que lo que puedan pensar los dem?s. Adem?s hoy d?a muchos chicos las llevan pintadas, es de lo mas "nota", mira como a todas las chavas les fascina Tokio Hotel, no te apenes, adem?s es negro no rosa, si es eso lo que te "preocupa". Rendido ante sus argumentos, le tend? la mano. Sandra comenz? a inspeccionarlas cuidadosamente, abri? la gaveta de su mesa de noche y comenz? a sacar toda una serie de admin?culos que inclu?an tijeritas, esp?tulas, limas de u?as, algodones y una serie de botellitas de diversos l?quidos. -Como es tu "primera vez", te sale un tratamiento intensivo, me dijo mientras me gui?aba un ojo. Alrededor de cuarenta minutos mas tarde me encontraba con los dedos de ambas manos extendidos, mis u?as estaban completamente "arregladas" y pintadas de un negro intenso. -No muevas demasiado las manos, ni te soples las u?as, d?jalas quietas hasta que se sequen, me dijo Sandra. ?Te gusta la forma ovalada que les d??, a mi me parece que quedaron bellas. Yo escuchaba a mi hermana y en ese momento, en el cual no pod?a usar mis manos para nada, me sent? como indefenso, c?mo si la pintura que acababa de colocar en mis u?as fuese una especie de sujeci?n invisible que coartaba mis posibilidades de acci?n. -Ahora tienes que poner cuidado como agarras las cosas, no queremos se te desconche la pintura de alguna u?a. Me dijo mientras tomaba mi mano y contemplaba una vez m?s el resultado de su trabajo. ?Quieres venir esta tarde conmigo a la casa de Carolina?. Carolina era una de las mejores amigas de mi hermana, viv?a en un caser?n al otro lado de la ciudad con su madre, la cual era una reconocida artista de teatro. -Mejor eso que quedarme s?lo le dije. Mi hermana salt? de la cama, mene? su larga cabellera color miel como para desentumecerse, y comenz? a vestirse. Llevaba puesto un conjunto de bragas y sujetador negros de encaje, encima de los cuales se puso un pantal?n corto, short, tambi?n de color negro que dejaban ver toda la extensi?n de sus largas piernas, se calz? unas zapatillas estilo bailarina, muy de moda por estos d?as y una blusa blanca de hilo, muy apropiada para el calor de la temporada, pero que al transparentar insinuaba la delicadeza del brassierre negro que llevaba debajo. -Venga chico, vamos, me dijo mientras tomaba su bolso y sal?a apresurada. Yo r?pidamente camine tras ella, de nuevo ese d?a sent? la sensaci?n de estar a la merced de la voluntad de mi hermana. Una vez en la calle, sent?a que todo el mundo miraba mis u?as pintadas, trataba de bajar un poco la mirada como tratando de no ver si me ve?an, tratando de eludir cualquier intercambio visual que podr?a resultarme embarazoso. Tomamos un autob?s que nos conducir?a hasta nuestro destino, el calor era insoportable, sentado sent?a como las gotas de sudor rodaban inquietas por mi espalda, tenia la sensaci?n que mis gl?teos comenzaban a humedecerse, esperaba que los jeans fuesen capaces de disimular esta consecuencia de mi abundante transpiraci?n. En el trayecto me miraba con mucho disimulo las u?as, en una de esas escuche la voz de mi hermana diciendo. -Si, ?Te quedaron bellas las u?as!, no haces mas que admir?rtelas. La casa estaba situada en los suburbios, por lo que el viaje demor? unos 40 minutos, las v?as estaban bastante menos congestionadas que de costumbre como es habitual en los per?odos vacacionales. La entrada de la casa era amplia con una gran vereda sembrada de grama y ?rboles, era evidente que Carolina y su madre viv?an "como quer?an", sin mas l?mite que el de sus propios deseos. Al tercero de nuestros llamados Carolina abri? la puerta, estaba con un bikini de color verde fosforescente que casualmente hacia juego con el vaso de limonada que llevaba en la mano. ? Sandra ?, Pasa chica, ?No estas medio muerta con el calor?n que esta haciendo?, ya veo que trajiste a la criaturita de tu hermano. ? Huy ?, si esta de lo mas mono hoy, se ve que el pollito se esta atreviendo a salir del cascar?n. Yo me ruborice un poco al escuchar el comentario, sin saber muy bien que contestarle me atrev? a sonre?rle y decir un poco a modo de disculpa -Mi hermana me dijo que viniera. -Pero entra chica, respondi? d?ndose vuelta, en una frase que evidentemente estaba dirigida a mi hermana. -Yo estaba en La Pileta, en el verano cuando estoy en casa casi no salgo de all?. ?Supongo que trajeron traje de ba?o? Mire la cara de mi hermana sin atreverme a contestar nada. -C?mo que no trajeron nada, interpretando r?pidamente nuestra tardanza en contestar, pasen a la alberca mientras veo que les consigo. Supongo no ser?n muy exigentes Mi hermana y yo seguimos hacia la alberca mientras Carolina sub?a apresuradamente las escaleras que conduc?an hacia las habitaciones principales. Dirig? mi mirada hacia la piscina, su superficie se me parec?a a un resplandeciente espejo donde el intenso sol generaba unas especies de chispas cuyo resplandor se bamboleaba al ritmo del movimiento del agua. Al lado derecho hab?a un peque?o muro en pendiente donde el agua ca?a asemejando una peque?a cascada. -Esto es bell?simo, dije a mi hermana. -Te das cuenta hermanito, que unas vacaciones juntos no tienen por que ser "taaaaaan" aburridas. Como te dije s?lo tienes que comportarte como un buen chico, no ponerte con malcriadeces y nos ira de perlas. En ese momento regresaba Carolina con los ba?adores en sus manos, a mi hermana le dio uno de una sola pieza, del mismo tono verde c?trico del que ella lucia, a pesar de ser un traje de ba?o enterizo por lo alto del talle, que resaltaba las largas piernas de mi hermana, y lo pronunciado del escote lo convert?an en una prenda muy sexy. -A ti lo mejor que pude encontrarte fue esto, ya sabes somos s?lo dos mujeres en la casa. No es lo ideal, pero al menos har? juego con tus u?as. Dijo, entreg?ndome lo que evidentemente era la parte inferior de un bikini de chica. -Pero ... -?Ay Hermanito! No le pares, total tenemos la casa entera a solas, la mama de Carolina est? de gira, as? que nadie mas que nosotras te vera, no le hagas. Tom? la prenda y pas? a uno de los vestidores que rodeaban el ?rea de la piscina. El traje de ba?o era de lycra negra y sus partes delanteras y traseras estaban unidas en los costados por unas especies de cadenitas plateadas met?licas, que se un?an en cada costado con un peque?o broche. Mi primera impresi?n fue que la prenda era demasiado peque?a. -No creo que esto me quede, pens? mientras lo sub?a por mis piernas, al tratar de colocarlo en su sitio me sorprendi? la elasticidad de la prenda, en realidad cubr?a algo mas de lo que mis expectativas esperaban. -o esto es mas grande de lo que a primera vista parece, o mis partes son mas peque?as de lo que pensaba, me dije sonri?ndome. De cualquier manera en la parte delantera se me hacia un bulto, lo mir? detalladamente, algo en mi cabeza parec?a decirme que hab?a una incongruencia entre la prenda y mi bulto, se me antojaba esto un poco obsceno. Trat? de buscarle soluci?n, ?Qu? hacer?. Record? que el agua fr?a suele reducir el tama?o de los genitales, estos de alguna manera buscan el calor del cuerpo. Fui al ba?o del peque?o cuarto que hacia las veces de vestidor y moj? mis genitales, al momento estos empezaron a retraerse un poco, con mi mano los empuj? un poco mas dentro de mi cuerpo, intensificando de alguna manera el efecto del fr?o. R?pidamente coloqu? la parte inferior del bikini, la cual gracias al soporte que provee su elasticidad mantuvo mis partes en la posici?n en la que las hab?a colocado. Ya el "bulto" era bastante menos prominente. As? las chicas no se ofender?n, pens?, sintiendo una mezcla de satisfacci?n y extra?a culpa dentro de mi. Sal?, y ya mi hermana y Carolina estaban echadas en unas sillas de extensi?n, ambas charlaban animadamente con un vaso de limonada con abundante hielo en sus manos. Con algo de pena me aproxim? a las chicas. -?Vistes hermanito, qu? no pas? nada? No seas bobo, ac?rcate. -Si, hasta tiene muy buen cuerpo tu hermano, dijo Carolina a Sandra haciendo referencia a lo espigado de mi anatom?a. -A ver, date la vuelta. Algo nervioso aun, gire para que las chicas pudiesen ver como me quedaba el ba?ador, era clar?simo que la parte trasera dejaba al descubierto partes de mis gl?teos que rara vez hab?an sido expuestos al sol. -?Huy mira que pompis! Rosadito, las nalgas parecen los cachetitos de un bebe, escuch? a Carolina decirle a mi hermana, haci?ndole referencia a mis gl?teos -S?rvete algo y ven a sentarte con nosotras, me dijo Carolina. En una peque?a mesa hab?a un cubo con hielo granizado y una gran jarra de limonada, llene al vaso de hielo y lo llen? completamente. -Ups, ?Qu? es esto? -Vodka con lim?n, Hermanito -Je, je, je, tranquilo criaturita, que ya tienes edad para beber eso, venga ac?rcate, si?ntate aqu? y d?jame ver tus u?as de cerca. Dijo Carolina mientras me tomaba la mano para observarlas de cerca. -?Si est?n bellas! Me fascina la forma ovalada ?Te las pintaste tu mismo? -No, fue mi hermana. -?Si?, dijo Carolina con una pizca de iron?a, mientras le gui?aba un ojo a mi hermana, gui?o que mi hermana respondi? con una sonrisa que interprete de cierta complicidad una sonrisa de complicidad. -Tranquilo, aqu? nadie te juzga, "ser y dejar ser" como dicen, anda ?chate, y disfruta del sol que estas algo p?lido. Me acost? en la silla playera a contemplar el agua de la piscina, con sus danzantes brillos, al fondo se escuchaba el rumor de la cascada artificial mezcl?ndose con la conversaci?n de Sandra y Carolina, solo escuchaba el tono de su voz sin reparar siquiera de que hablaban, supongo eran cosas de chicas, su chacharean tornabase cada vez mas mel?dico a medida que el l?quido de mi vaso comenzaba a descender. -Date la vuelta hermanito, escuch? a Sandra decirme al o?do, o te broncearas s?lo un lado del cuerpo, con un letargo inmenso gir? mi cuero hasta quedar totalmente de espaldas, al fondo la armon?a del aire y el agua se mezclaba confusamente con una lejanas risas de las chicas. Lentamente abr? mis ojos, el reflejo de la luz sobre el agua ya era tenue, como un fuego que lentamente se extingu?a, el sol ya estaba poni?ndose. -?Co?o! Me qued? dormido. Pens?. Mi cuerpo poco a poco trataba de retomar la conexi?n con mi conciencia. -Vaya, Vaya, c?mo que al fin se despierta "El Bello Durmiente". Expres? Carolina. Sin mucha prisa, poco a poco, como una maquina que trata de poner en funcionamiento sus enmohecidos engranajes gir? sobre mi mismo, tratando de incorporarme, de sentarme sobre la silla de extensi?n. ?Auch!. Exclam? al contacto de mis posaderas con la silla. -Como no te va a doler hermanito, si lo tienes rojito como un tomate, mientras se escuchaban las risitas. -La verdad es que dorm?as como un "querub?n" y no quisimos despertarte, adem?s est?bamos fascinadas con tus nalgas, pasaron del rosadito, al melocot?n, al rojo y siempre cubiertas de gotitas de sudor que parec?an un roc?o sobre una apetitosa fruta, era casi un espect?culo para la meditaci?n mas profunda, "OMMMMMMMM". Expres? riendo Carolina mientras se pon?a en una seudo posici?n de meditaci?n formando unas argollas con sus dedos ?ndice y pulgar. Cubr? con mis brazos mi cuerpo como queri?ndome abrazar a mi mismo. Con el sol ya derrotado por la penumbra el frescor de la noche comenzaba a hacer su aparici?n. -?Ahora tiene fr?o "Su Alteza"? Expres? Carolina, Venga vamos adentro de la casa a tomar una ducha y cambiarnos. Pas? por el vestidor, tom? mis ropas y segu? a las chicas adentro de la casa, subimos las escaleras que conduc?an a las habitaciones principales. Entramos a una que deduje era la de Carolina, de estilo moderno, nada que ver con una decoraci?n ani?ada o excesivamente recargada, los muebles eran de l?neas rectas, muy puros y sin vericuetos. Pos? mi mirada sobre la c?moda o peinadora, esta era larguisima, ocupaba todo el lateral y estaba adosada a un gran espejo que cubr?a toda la pared , pude ver claramente como a un extremo estaba una foto de Carolina con mi hermana, se abrazaban sonrientes, ten?an en la foto la sonrisa de complicidad que me parec?a haber visto antes. La cama era amplia igualmente de l?neas muy simple, blanca y daba la impresi?n de estar como suspendida en el aire. Al otro extremo unos paneles corredizos deb?an ser las puertas de un inmenso armario. A pesar de su aspecto minimalista, casi fr?o, se pod?a deducir que era el cuarto de una chica, una chica tal vez poco usual, pero no por ello dejaba de traslucir una sobria feminidad, era lo femenino concentrado bajo las formas simples. Yo estaba parado con mi ropa en la mano sin saber exactamente que hacer. -Chico pon esa ropa en la cesta que esta all?, se?alando una cesta de ropa que por su color blanco se me hab?a pasado desapercibida a primera vista. Ustedes pueden usar mi ba?o, yo usare el de mi mama, Sandra si quieres ba?ate primero, mientras yo veo si consigo algo para el irritado "rabito" de tu hermanito. Sandra entr? a la sala de ba?o, al cruzarse con Carolina intercambiaron de nuevo miraditas, definitivamente algo se tramaban estas dos. Carolina busc? entre las gavetas de la c?moda y sac? un tarro con una especie de gelatina transparente. -Aqu? esta, con esto se te calmar? un poco el ardor, es un gel ultrahidratante buen?simo, franc?s, lo trajo mama de su ?ltima gira, ven ac? y date la vuelta, veras como seguro te alivia un poco la irritaci?n. Me acerque, y en este momento tom? conciencia de nuevo de lo expuesto de mi cuerpo, aun sin verla mi mente me record? la min?scula prenda que aun llevaba puesta, que s?lo llevando al m?ximo sus propiedades pod?a cubrir mis partes mas intimas. Parado de espaldas a Carolina, sent?a que mis sentidos se encontraban en alerta, al m?ximo de su capacidad de percepci?n, incluso escuch? claramente el sonido de la tapa del frasco cuando Carolina la gir? para abrirla. Cerr? los ojos, como esperando el momento de una inyecci?n, en lugar del pinchazo sent? el contacto de su mano con nalga derecha mediado por el fr?o gel, en ese momento no pude contener una ligero estremecimiento que en el fondo era una demostraci?n de vulnerabilidad. -?Huy!, cuanto miedo, qu?date tranquilo, tranquilito y veras como te sentir?s mucho mejor. La masa gelatinosa que interced?a entre mis gl?teos y su mano se iba haciendo mas y mas delgada conforme era expandida, una variopinta colecci?n de sensaciones me invad?a; Por un lado mi mente inquieta imaginaba a la bell?sima Carolina detr?s m?o tocando mis longas, mientras mi piel conoc?a de las caricias de su mano, una fracci?n de tiempo despu?s, nunca de forma simultanea, la sensaci?n de un frescor ?rtico, intenso se desarrollaba en lo que hab?a sido el trayecto de su mano como queriendo marcar el recorrido suave de sus dedos, sent?a el olor mentolado, fuerte. Aspir? profundamente como si mis pulmones fuesen capaces de capturar las m?ltiples sensaciones que me abrumaban. -?Vistes?, Sabia que te gustar?a criaturita, el temor es siempre el enemigo que debes vencer para tener el placer, recu?rdalo siempre. Ahora Carolina acariciaba con sus dos manos mis gl?teos, su respiraci?n palpitaba cerca, muy cerca de mi, intu?a su cuerpo sobre mi espalda. Una de sus manos desplaz? hacia un lado el ba?ador, mientras la otra comenz? a recorrer la raja de mis gl?teos de arriba hacia abajo, desde mi espina dorsal en ruta hacia mi perineo, cruz? por el orificio de mi ano sin detenerse hasta llegar a mis constre?idos test?culos para acariciarlos, En ese preciso instante en que sus dedos jugueteaban con mis bolas, sent?a la g?lida replica del reconfortante discurrir de sus dedos unida a un escalofr?o que recorr?a todo mi espinazo, siendo para mi ya imposible determinar la temporalidad de los sucesos. ?Ups!, Exclam?. Al o?do Carolina susurr? -Shhh, c?llate tont?n, no queremos que tu hermanita nos oiga, ?o si?, Su mano ahora acariciaba lo que era mi inerte pene, el cual r?pidamente comenzaba a dar indicios de pretender salir de su letargo. -Muy pronto habr? que ocuparse tambi?n de este otro "Rabito". Luego de soltar la ir?nica frase, mordi? con fuerza mi oreja, tanto que tuve que hacer esfuerzos para contener un grito de dolor, simult?neamente ella se separaba de mi. -Voy a ba?arme, espera que salga tu hermana de mi ba?o y te lavas bien "todito", me desagrada el olor a cloro del agua de las albercas. Me dij? mientras dirig?a una mirada p?cara hacia m?. Sali? de la habitaci?n dej?ndome parado en el medio del cuarto, absolutamente desconcertado, y con la confusa sensaci?n del que no sabe que esperar despu?s. Si algo me hab?a quedado claro era que la amiga de mi hermana era absolutamente impredecible. Reci?n ahora escuch? el agua se la ducha comenzar a correr. Sandra apenas estaba iniciando su ba?o. El tiempo se me hizo interminable hasta que comenc? a notar indicios que se preparaba a salir del ba?o. Al fin el agua de la regadera ca?a sobre mi cuerpo desnudo, ya sin la peque?a pero opresiva prenda que hab?a tenido que vestir toda la tarde, me sent?a libre, sereno y placido. Cerr? los ojos relaj?ndome completamente en la ducha, la imagen de las chicas ri?ndose divertidas se me vino a la cabeza. Abr? los ojos. - ?D?nde estar? el jab?n?, me pregunt?. En ese momento record? la advertencia final de Carolina. Dentro de la ducha al extremo opuesto de la regadera hab?a un estante repleto de envases de variopintos colores y tama?os, obviamente eran productos destinados al aseo personal. ?Cu?l de todos estos ser?n jab?n?, revise las etiquetas de los frascos, todas escritas en lenguajes extranjeros, en una de ellas le? "Gel Douche Onctueux J'adore", evidentemente era un producto para la "ducha". Sin mucha seguridad en mi elecci?n vert? un poco del producto en mi manos, frot?ndolas una contra la otra con la intenci?n de hacer espuma con escasos resultados, volv? mi vista al estante de nuevo y divise una gran esponja rosa, eso tal vez ayudar?a, Esta vez eche el gel de forma bastante generosa, al comenzar a frotarme el cuerpo con la esponja surgi? sobre mi cuerpo la abundante espuma y un fuerte olor a flores comenz? a cubrir mi piel. Mientras enjabonaba mi cuerpo pude ver las marcas del bronceado sobre mi cuerpo, era como una evidencia corp?rea del uso de la prenda femenina sobre mi anatom?a, era algo de lo que no pod?a disponer ech?ndolo al cesto de la ropa usada, escarpia all? por un tiempo mas prolongado evoc?ndome el recuerdo de esta tarde. Luego de un buen rato, cerr? la regadera, comenc? a buscar una toalla, como a un metro de distancia hab?a una toalla rosa que lucia como usada por mi hermana, trat? de tomarla sin salir de la ducha, no quer?a hacer un reguero de agua en el piso del ba?o, estirando al m?ximo mi brazo logre alcanzarla con la punta de los dedos. Solo despu?s de sacarme fue que me hice la pregunta -?D?nde Esta mi ropa?. Record? entonces haberla puesto en la canasta de ropa del cuarto, si las chicas no estaban en la habitaci?n podr?a salir y tomarla. Me acerque a la puerta, la entreabr? y o? claramente la ch?chara y las risas. ?Qu? me pondr?? Pod?a salir cubierto s?lo por la toalla, pero sospechaba que eso me colocar?a en una situaci?n de vulnerabilidad que me aterraba. Abr? un poco mas la puerta -?Sandra!, M ropa, ?Qu? me pongo? Escuch? de inmediato las risas de las chicas. -Espera ya te pasamos algo. Contest? mi hermana. En instantes la puerta se entreabri? un poco mas, el espacio justo para que pudiese penetrar la mano de Carolina sujetando una prenda de color champa?a. -Ponte esto por ahora, -?Qu? es esto?, No son mis ropas -Tus ropas las ech? en la lavadora, no seas tonto es s?lo un pantaloncillo, un short, es igualito a los que usas para jugar f?tbol. Dijo Carolina desde el otro lado de la puerta. Examin? el short, ya de por si el color nacarado no era muy varonil, pero lo que m?s femenino lo hacia era el material del que estaba hecho, sin ser un conocedor de telas supuse se trataba de una especie de seda o sat?n, g?neros que como se sabe est?n vedados al contacto directo con la piel de los varones. -Ning?n futbolista se pondr?a esto. Me dije. Resignado a mi suerte, me coloque el delicado pantaloncillo y sal? a la habitaci?n. Estaban ambas acostadas en la cama, ambas enfundadas en un kimono oriental de de seda negra decorado con bordados de min?sculas flores, dirig?an su mirada a la puerta del ba?o, obviamente esperaban mi aparici?n. -?Te das cuenta hermanito?, es s?lo un pantaloncillo, a veces creo que dentro de ti tienes el alma de un viejo que no te deja vivir. Lib?rate. -Con tan bellas piernas que tienes deber?as procurar mostrarlas mas a menudo, te sorprender?as las cosas que pudieras obtener de ellas criaturita. Pero no puedes quedarte all? con el torso descubierto. Dijo Carolina. -?Le vas a dar la camisola que le hace juego? Contrapunteo riendo mi hermana. -Yo no... Comenc? a decir cuando fui interrumpido por Carolina -No chica, no seas tan mala, creo que se sentir? mas c?modo con una simple camiseta. ?Negra estar?a bien? Me pregunt? Carolina. -Si, Gracias, negra estar?a muy bien, algo simple. Conteniendo un suspiro de alivio. Carolina abri? una de las gavetas de su armario y sac? la que al parecer era la primera camiseta a su alcance. -Toma lindura, ponte esta. Me dijo arroj?ndomela. Era una simple franela negra de algod?n, no fue hasta despu?s de pon?rmela que me percat? que sobre el pecho, asemejando una especie de grafitti, se le?a claramente "Girl Power" en unas manuscritas letras fucsia. Pens? hacer alg?n comentario acerca de la inscripci?n, pero luego de pens?rmelo prefer? abstenerme por miedo a que fuese peor el recambio. Afuera la noche ya hab?a tomado posesi?n del entorno. -?No estar?n pensando en irse?, Sandra mi amor, llama a tu familia y le dices que estas en mi casa y que se quedar?n a dormir. Sandra deb?a llamar diariamente a nuestros padres a modo de "reportarse", yo no albergaba ninguna duda de la respuesta afirmativa de ellos, les fascinaba la cercana amistad de Sandra con la hija de una conocida artista, creo que pensaban que de una u otra forma esto le abrir?a algunas buenas oportunidades a su hija. -?Listo!, no hay problema, nos quedamos. Expres? Sandra con una sonrisa en la boca al colgar el tel?fono. En la cara de Carolina se ilumin? dibuj?ndose una sonrisa, se acerc? y dio un r?pido beso en la boca a mi hermana. No fue un beso como los de los novios con la lengua, ?C?mo es que le dicen? Beso franc?s, creo. Fue un simple beso, como el que se dan las amigas, pero fue en la boca. ?Por qu? en la boca? ?Ser? que las chamas cuando se sienten a solas se expresan as??. En mi poca experiencia no me atrev?a a sacar ninguna conclusi?n, este era un mundo desconocido para mi. Definitivamente no terminaba de entender la relaci?n entre ellas. -Esta noche vemos una "peli", acostadas divinas en el "home teather" que tiene mi madre en su habitaci?n. Seria bueno unas palomitas de ma?z para sentirnos como en el cine. -Baja, en la cocina encontraras de las que se hacen en el microondas, nosotras te esperamos en el cuarto de mi mami. Me dijo Carolina. Al bajar las escaleras descubr? la in?dita sensaci?n del roce del sat?n del pantaloncillo contra mi miembro, la sedosa prenda, mas que hacer contacto con mi piel, se deslizaba por mi epidermis como una continua caricia a cada paso que daba, record? las manos de Carolina sobre mi "rabito" como ella lo llam?. Trat? de apartar mis pensamientos de aquello, sin nada mas que cubriera mis partes, la evidencia de una erecci?n delante de las chicas seria demasiado embarazosa. Cuando llegue con los tres paquetes de cotufas ya las chicas estaban echadas sobre la inmensa cama de la madre de Carolina, re?an muy divertidas, el humo y el olor a yerba quemada me hizo comprender r?pidamente en que estaban. -?Llegaron las palomitas!, ven ac?, s?bete a la cama con nosotras. Me ech? en un lado de la cama, mientras Carolina me acercaba el porro -Vamos, dale unas pataditas, te pondr? divino. Nunca me hab?a atrevido a probar la mariguana pero no quer?a quedar como un d?bil delante de las chicas. Aspir?, ?Coff!, ?Coff!, De inmediato me sobrevino la tos. Sandra y Carolina me observaban privadas de la risa mientras observaban mis esfuerzos por recobrar la respiraci?n. -?Huy!, Que delicadito que resulta tu hermanito. Como tratando de desmentir sus palabras, lo aspir? de nuevo, esta vez sent? como el humo penetr? hasta lo mas profundo de mis pulmones, ascendiendo nuevo lentamente para salir de mi cuerpo por la boca, lentamente puede admirar el zigzagueo que formaba al ascender hasta el techo. -Caro, pon la pel?cula dijo mi hermana, No s? si era ya el efecto del monte, pero al verlas a las dos tan juntas, casi id?nticas, ataviadas en sus batas de seda sobre la cama, pens? que era una imagen de lo mas insinuante. Carolina accion? el control remoto para dar inicio a la pel?cula que ver?amos, en las cincuentas pulgadas del plasma comenz? a aparecer "Las Edades de Lul?", una historia en torno a una singular relaci?n y al aprendizaje er?tico de una adolescente espa?ola. Al mas m?nimo movimiento de mi cuerpo, sent?a deslizar el sat?n sobre mi cuerpo, la sensibilidad corporal parec?a haberse multiplicado como efecto de la chupada, las im?genes de la pel?cula, algunas cargadas de sensualidad, otras muy fuertes para lo que estaba acostumbrado a ver, me impactaban. Absorto a lo que ve?a en la pantalla, casi ni escuch? un cuchicheo de mi hermana al o?do de Carolina. -?Huy! Se le salio el rabito!!!!!!. Dijo Carolina, y la carcajada de ambas chavas fue sonora cuando contemplaron por un lado del pantaloncillo a la cabeza de mi ahora muy despierto miembro comenzando a aparecer. -Habr? que hacer algo Carola, ?Le buscamos una de tus bragas para que se controle?. Mir? a mi hermana estupefacto por la sugerencia que acababa de hacer. La risa de las chicas desestimul? r?pidamente a mi miembro viril, qu? de nuevo busc? resguardo dentro del pantaloncillo de sat?n. -No creo que haga falta, mira que ya el solito se escondi?, respondi? Carolina a la sugerencia de mi hermana. En cualquier caso, tal vez mas tarde me ocupe de "eso", a?adi? mientras me gui?aba un ojo. La sentencia de Carolina me revolote? en la cabeza desde ese momento, ?De que forma se iba a "ocupar" Carolina de mi?, Si no hubiera sido por la "picada de ojo" pensar?a que s?lo era una broma mas. ?Qu? deb?a hacer yo?, si le insinuaba algo tal vez ella lo tomar?a a mal y se formar?a un l?o. Opt? por esperar a pesar de que la inquietud ya no me dej? concentrarme demasiado en la pel?cula. Al terminar la pel?cula. Volv? mi vista al lado y observ? a mi hermana y Carolina ya dormidas, estaban abrazadas y con una expresi?n de felicidad en su rostro. -Ni modo. Pens?. Toda mi fantas?a hab?a sido s?lo eso una ilusi?n, un deseo de que pasara algo que no iba a pasar. Me volv? de lado disponi?ndome a dormir, no tard? mucho tiempo en llegar el sopor, dorm?, so?aba con las chicas a mi lado, acarici?ndose y bes?ndose mientras yo desde un sitio indeterminado las observaba curioso, ambas risue?as, traviesas y despreocupadas como si de un juego se tratara. Vino a mi sue?o de una forma v?vida, casi real la sensaci?n del sat?n sobre mi cuerpo, record? de nuevo la mano de Carolina tocando mi pene, acariciando mis test?culos, recorriendo mis gl?teos. Esta sensaci?n se hizo mas y mas real, aparec?a como tratando de salir de la bruma del sue?o. Sin saber exactamente cuando comprend? que en ese momento no estaba dormido, Carolina acariciaba mis nalgas introduciendo su mano por debajo del pantaloncillo. -No digas ni una sola palabra.- Susurr? a mi oido. ya su otra mano se encargaba de mi pene, comenz? acariciando mis test?culos para luego recorrer con sus dedos toda la extensi?n del tronco de mi polla, al llegar al extremo tom? mi prepucio con su ?ndice y pulgar y lo desliz? lentamente hacia abajo, lo retuvo por un momento en esa posici?n para luego soltarlo permiti?ndole el retorno. Suavemente todos sus dedos rodearon mi pene, comenz? la lenta y suave marcha, arriba y abajo, poco a poco, lentamente sus manos masturbaban mi pene. -Se lo que te gusta, y soy una chica que siempre cumple lo que dice- Me dijo de nuevo en susurros. Su otra mano continuaba acariciando mi nalgas ahora con mas fuerza, contrastaba la energ?a que Carolina destinaba a mi parte posterior con la delicadeza y suavidad con que trataba mi ?rgano genital. Sent?a que explotaba, toda la ansiedad contenida parec?a drenarse en un instante, estaba en la cama absolutamente entregado a los deseos de Carolina, en ese momento sent?a que le pertenec?a. Como si supiera exactamente el momento de mi explosi?n Carolina acerc? su mano a mi glande para con su mano recoger todo mi semen, justo en el momento de la eyaculaci?n, otra sensaci?n se hizo presente, uno de sus dedos se hundi? en las profundidades de mi ano, mientras mi polla expulsaba toda su carga el dedo de Carolina travieso hurgaba las profundidades de mi cuerpo. -As?, as?, muy bien, d?melo todo, que divino eres, como te gusta, lo sabia. - Dec?a a mi oido mientras yo ya estaba entregado al placer que me produc?a. Acerc? uno de sus dedos a mi boca, deposito con el sobre mis labios una gota de mi propio semen, en un movimiento casi instintivo, involuntario, mi lengua salio a testear el sabor de la sustancia depositada. Sin dar mucho tiempo a mi conciencia para recobrar el dominio de mis actos, Carolina introdujo un dedo lleno de semen en mi boca. -Ch?palo, D?jamelo limpiecito. ?Te gust?? S? que s?, y eso que apenas estamos empezando. Me dij? mientras se di? la vuelta para dormir. Despert?, al estirar perezosamente mi cuerpo pude darme cuenta que estaba solo en la inmensa cama. De inmediato una pregunta se instalo en mi mente, ?Se habr?a dado cuenta mi hermana de lo que me hizo Carolina? Si se dio cuenta ... ?C?mo lo tomar?a? Las dudas revoloteaban mi mente al punto que hubiese preferido no tener que verla esta ma?ana. Una vez mas la realidad de la situaci?n se impuso y baj? hacia la cocina, all? estaban Carolina y Sandra charlando, al verme se hizo un instante de silencio. -Lo sabe, Pens?. Me pareci? que portaba una especie de letrero invisible que notificaba a todo el que me viera que mi ano hab?a sido profanado, si, profanado aunque hubiese sido hecho con algo tan delicado como el dedo de Carolina. Entr? a la cocina bajando mi mirada. -?C?mo que te despertastes de malas pulgas? ?Qu? ni los buenos d?as nos das!, fue el recibimiento de mi hermana.. -D?jalo quieto, debe ser el "pas?n" de la yerba, ven si?ntate a desayunar, dijo Carolina colocando un plato con variadas frutas en la mesa. -Disculpen, es que aun estoy medio dormido, levant? la vista para tomar el vaso de jugo de naranja sin atreverme todav?a a mirar directamente a las chicas. -Come algo, eso te ayudar? a "cortar la depre". ?Ah!, despu?s lavas la loza, dijo Carolina mientras sal?a de la cocina con Sandra. Yo me qued? all?, solo, recog? los platos, vasos y cubiertos utilizados por las chicas y por mi, mientras los fregaba record? el placer que sent? cuando Carolina me hizo eyacular. Me dije a mi mismo -No todo es tan malo. El ?nimo comenzaba a entrar a mi cuerpo. Coloqu? la loza cuidadosamente en los armarios y ech? una ?ltima mirada constatando no se me hubiese escapado algo. Todo lucia en su sitio. Sal?. Las chicas estaban en el sal?n, ya Sandra se hab?a vestido, mientras Carolina tenia puesto de nuevo el kimono oriental. -Sube a cambiarte, me dijo mi hermana. Extendi? sus manos para entregarme mi ropa perfectamente lavada. Sub? a vestirme en el cuarto de Carolina, al ponerme la ropa note un aroma sutil, no habitual en ellas, seguramente se trataba del detergente que utilizaron. Me embargaba ahora una especie de tristeza, todo hacia pensar que ya ?bamos de retorno a casa, otra vez el hast?o. La verdad a pesar de todo hab?a disfrutado mucho la estancia donde la amiga de mi hermana. Bajando las escaleras me tope con Carolina. -?Huy! ?Que carita cargas!, ?Hicistes algo malo? ?O est?s arrepentido? -No, no es eso, es que ... Comenc? a decir cuando Carolina de repente bes? mi boca. Era el mismo tipo de beso que le hab?a visto darle a mi hermana, en la boca, sin lengua, s?lo el suave contacto de nuestros labios, era mas una ambigua caricia que un beso. -No seas tonto, ?ndate tranquilo, yo te llamo. Me dijo antes de proseguir ascendiendo rauda las escaleras. Abajo mi hermana esperaba. -?Ya estas listo?, vamos a esperar que Carolina baje, fue a buscarme algo. Al bajar Carolina entrego a mi hermana un peque?o paquete y se despidi? de ella con otro besito en la boca. -Yo te llamo mi amor. Le dijo. Salimos rumbo a la casa, el sol se encontraba en el punto mas alto. La tarde transcurri? lenta, aletargada, trat? de distraerme con lo videojuegos, pero una y otra vez el recuerdo de las manos de Carolina sobre mi piel retomaba mi mente impidi?ndome la concentraci?n. Ni siquiera ten?a mucha hambre, cenamos un s?ndwich, o bocadillo de pechuga de pavo y pan integral. Mi hermana estaba con diario, por lo que sabia que en esos momentos no deb?a importunarla mucho, ella se ensimismaba escribiendo. Est?bamos terminando de cenar cuando el tel?fono son?. -Alo, ?Carola!, hola ... -Si, Chama ... -Por aqu? ... -Espera subo para hablar del cuarto. Mi hermana corri? a atender la llamada desde su cuarto, ya no podr?a escuchar la conversaci?n, me qued? en la sala como expectante, quer?a hablar con Carolina, ella hab?a prometido llamarme y ahora mi hermana estaba en su habitaci?n hablando con ella. Sin darme mucha cuenta, de forma algo impaciente, comenc? a descascarar la pintura que a?n llevaba en las u?as con mis dientes, luego, al hacerlo mas consciente, tom? una de las llaves de la casa para frotar la capa de barniz, logrando raspar la pintura. En ese momento ya no sab?a si era impaciencia o algo de enojo y frustraci?n lo que estaba sintiendo. Al salir mi hermana de su habitaci?n ya ten?a una de mis manos casi libre de pintura. -?Qu? haces? Eso no se hace as?, te estas destrozando las u?as. En un instante ya estaba sentada a mi lado con un algod?n impregnado de removedor de esmalte. -As?, hermanito, ?Ves?, as? no se da?a la u?a y conserva su forma, esta f?rmula hasta tiene un ingrediente que las fortalece, puedes ped?rmela cuando quieras, o comprarte un envase para ti, f?jate que sea el de la tapa rosa, la otra no tiene endurecedor. Mientras mi hermana me "aconsejaba" sobre el cuidado de mis u?as, yo s?lo pensaba en la llamada de Carolina ?Por qu? no hablo conmigo?. -?Te las vuelvo a pintar?, me pregunt? -?Fue Carolina la que te llam?? ?Por qu? no me la pasastes? Le pregunte dejando relucir a mi pesar algo del estado emocional que me envolv?a. -?Claro que era Carolina!, no te hagas el pendejto, lo sabes perfectamente, me escuchastes cuando contest? el tel?fono, no te la pas? simplemente porque ella no me dijo que quer?a hablar contigo. ?O es que ahora la "amiga" de Carolina eres tu?. En la respuesta de mi hermana no hab?a indicios de enojo o celos, era una respuesta casi con indiferencia hacia mi, eso hacia aun mas brutal su efecto. -Creo que no me las voy a pintar, contest? a su interrogante inicial, con un sentimiento de derrota sub? a mi habitaci?n. La frustraci?n por no haber hablado con Carolina me impidi? dormirme r?pidamente, cuando este sentimiento se convirti? en la n?tido recuerdo de c?mo sus manos suave y lentamente masturbaron mi pene, comprend? que estaba ya dormido. Pod?a casi sentir su respiraci?n en mi oido, sus susurros para evitar que mi hermana con la que compart?amos la cama se enterase, ese clima que convirti? esa experiencia en algo medio oculto, vedado, era una mezcla se sorpresa, miedo y placer que se generaba en mi en ese momento, mi sue?o recordaba lo que hab?a sido la vivencia mas excitante de las mi disfrutadas. La evocaci?n del mordisco en la oreja y la r?pida inserci?n de su dedo en mi ano en el momento de mayor ?xtasis, se sac? del mundo on?rico devolvi?ndome a la vigilia. ?Era placer lo que sent?a?, ?Es culpa lo que siento?. En mi interior se agitaban los miedos, nunca hab?a podido imaginar que una chica pudiese generar en mi esta mezcla de temores y placeres, era algo totalmente in?dito para mi. Cuando mi hermana despert?, yo ya ten?a el desayuno preparado: caf?, frutas y yogurt. -Que tempranero, hermanito. ?C?mo que no dormistes bien? ?Alguna preocupaci?n? -Es s?lo que anoche me acost? temprano, le respond? fingiendo una sonrisa. Me eche en el sill?n con el Playstation, tratando de transportar mi mente a otro universo de significaci?n, de amputarme la conciencia. Puntos, decenas, miles, millones de ellos, transcurrieron en mis andanzas digitales. Nada consegu?a apartar mi mente del recuerdo. ?Ping!, ?bling!, chis! Eran ya las cuatro de la tarde y no hab?a ni almorzado. -?Ring!, ?Ring!, y la voz de mi hermana como apareciendo de no se sabe donde, contest? el tel?fono -?Hola Carola! ... -Si ... -Claro ... -Jejeje ... -Genial ... -Ya te lo paso. -Es Carolina, quiere hablar contigo. -Al?, dije tomando el articular. -Hola criaturita linda, ?C?mo has estado?, mira quiero que tu y tu hermana se vengan, esta noche toca un grupo de lo mas guai en un local cercano y vamos a verlo, ?Ok? -Claro Carolina, como tu quieras, Contest?. -Hala, entonces v?stete y arr?glate, esta noche tenemos diversi?n, me dijo con un tono que no hacia demasiado esfuerzo por encubrir un doble sentido. Cuando colgu? el tel?fono ya mi hermana estaba en el ba?o, era evidente que ella estaba al tanto de los planes de Carolina. Al comenzar a vestirme sent? la incomodidad de no saber exactamente adonde ir?amos, "Un grupo en un local cercano", pod?a ser casi cualquier cosa, en esa zona seguramente no seria un tugurio, adem?s Carolina era una chica de una familia de abundantes recursos econ?micos. Deduje no deb?a ir como un mamarracho. Me puse mi mejor pantal?n, de gabardina negro con pinzas delanteras que lograban una ca?da c?moda y holgada, una camisa de vestir de color gris plomizo y zapatos de suela negros. Si bien por mi edad no tenia un aspecto de gal?n de telenovelas, me ve?a bien formal, sin importar cuan elegante fuese el sitio donde ir?amos, cre?a no desentonar. Al verme, Sandra dej? escapar una leve risa, la cual en ese momento fue malinterpretada por mi. -?Que elegancia hermanito!, ni que fueses a ver a tu enamorada. El comentario logr? enrojecer mi rostro, de nuevo me sent? sin respuestas, indefenso. Mi hermana, llevaba puesto un vestido negro, la falda era corta con mucho vuelo, logrado a partir de varias capas de blonda que se sobrepon?an, el corpi?o ajustado con un reborde en encaje en su parte superior y trenzado en la parte de atr?s asemejando un corset, medias de malla negra y una botas que le confer?an un aspecto medio punk. En su cuello llevaba atada, a modo de collar, una tira de encaje negra de la que colgaba un camafeo, su cartera negra, colgaba de una correa que en realidad era una cadena plateada que resaltaba en la oscuridad de su look. Al abrirse la puerta de la casa de Carolina, la exclamaci?n no se hizo esperar. ?Huy! ?Adonde crees tu que vas!, Evidentemente me hab?a equivocado en la escogencia de mi vestuario. -As? no puedes venir con nosotras, sui parece fueras a una primera comuni?n, o un bautizo, te vez demasiado capocho. No sabia que decir, ofrec? ir a la casa de nuevo a cambiarme. -No hay tiempo para ello, tardar?as mucho m?s de una hora y dentro de poco viene Luis a buscarnos, si quieres venir con nostras tendremos que conseguir algo que ponerte, pero r?pido. -?Luis? ?Qui?n co?o es Luis?, pens? Los tres, Carolina, mi hermana y yo subimos a la habitaci?n de Carolina. -Creo que lo mejor ser? buscar un jeans, ve quit?ndote ese pantal?n. Mientras Carolina escudri?aba en su closet en busca de algo, yo a la pena por el equivoco de mi vestuario le iba a sumar la de quedarme en boxer frente a las chicas. -A ver como va este, d?ndome un jeans de color negro, "strech" de esos que por el material el?stico con el cual est?n hechos se entallan al cuerpo, las piernas eran tipo pitillo, lo que realza aun mas la figura. El talle era bajo por debajo de la cintura. Obviamente a pesar de ser un jeans era un pantal?n de chica. -?Huy!, pero tenemos otro problemita, no te puedes poner esos jeans sobre un boxer, se ver? horrible .se te har?n arrugas en la tela. Tendremos que buscar algo. Carolina hab?a tomado por completo el control de la situaci?n y no me atrev? a interrumpirla, mis mayores temores se hicieron realidad cuando saco de una de las gavetas una pantaleta de color negra, de lycra, afortunadamente era lisa, sin ning?n encaje, como las que utilizan las deportistas. -Toma ponte estas, casi no se te notaran. -?!Aqu?!?, ?Me voy a desnudar aqu??, dije ya demasiado embarazado por la situaci?n -Claro que aqu?, no voy a ver nada que no haya tocado, y supongo que Sandra te lo ha visto muchas veces. No nos hagas perder mas tiempo que estamos apuradas. La frase de Carolina termin? de vencer toda posible resistencia de mi parte, quede all? expuesto ante mi hermana y ella. En el momento en que qued? desnudo, Carolina admirando mi cuerpo por todas partes dijo -?No tienes ning?n tatuaje?, adonde vamos hay un excelente tatuador, tal vez esta noche te regalar? uno. Mientras tanto yo r?pidamente me sub?a las bragas para tratar de cubrir la desnudez que acrecentaba mi fragilidad ante las chicas. -Estas son tus primeras panties, criaturita. Yo me sonroj? de nuevo. -Eso es, arr?glate el pene como cuando tenias la ba?ador, estar? mas confortable as?, deja te ayudo. Carolina tomo mis bolas y suavemente las coloc? dentro de mi cuerpo, en las cavidades originarias de donde descienden en la infancia. Seguidamente llev? el pene hacia atr?s, hacia el ano, de esa forma el mismo pene imped?a el descenso de los test?culos. Al colocar las bragas de licra, el el?stico material del que estaban hechas permit?a mantener los ?rganos en esa posici?n. Mi bulto delantero se volvi? como efecto de la t?cnica usada por Carolina en algo casi imperceptible. Sub? lo jeans sobre mis piernas, efectivamente el talle era bajo, dejaban al descubierto bastante por debajo de mi ombligo. Carolina dio vueltas en torno a mi, como evaluando mi aspecto, sonri? levemente al ver las l?neas que en el ajustado pantal?n dejaban las panties sobre mis gl?teos. -Se te ven divinos, a ver ponte esta franela, dijo arroj?ndome una prenda de algod?n negra, la franela me quedaba ajustada, sus mangas eran mas cortas y cortadas en un ?ngulo m?s pronunciado que la de los chicos, no obstante no tenia ning?n tipo de encaje o estampado que le hicieran exageradamente femenina. Al coloc?rmela me di cuenta que quedaba algo corta en mi cintura. Lo que ocasionaba que al hacer ciertos movimientos o sentarme, ciertas partes de mi anatom?a quedasen al descubierto. Sandra ya hab?a escogido un cintur?n de cadenas plateadas, similares a la correa de su cartera para que me colocara encima del pantal?n, al cerrar las cadenas estas quedaban ligeramente ladeadas hacia un lado de mis caderas. -Los zapatos, ?Qu? zapatos le ponemos?, pregunt? mi hermana. -Por ahora se salva de usar tacones, dijo Carolina mientras sacaba del closet unas zapatillas converse, de forma bastante unisex, no obstante tener un estampado en la tela con algunas flores y detalles en rosa. -Esto es lo m?s unisex que tengo, as? que ni modo, si quieres venir no te queda otra. Me sent? en la silla de la peinadora, a colocarme los zapatos, al inclinarme sent? como Carolina jal? la parte de atr?s de las pantaletas, que dado lo bajo de la cintura del pantal?n y lo corto de la franela quedaban al descubierto. -?Huy que sexy!, dijo mientras me daba el tir?n. Antes de poder reaccionar, ya sus labios se juntaron con los mios, d?ndome otro de sus besos. En el espejo se reflejo la imagen de mi enrama con una sonrisa en su rostro. -A ver un poquito de maquillaje y estamos listos. Levanta la cara, dijo mientras ya ten?a en su mano un l?piz de color negro. -?Maquillaje?, Pregunt? -Es s?lo delineador de ojos tont?n, todos los chavales lo usan, ?Y tus u?as? ?Por qu? te quitastes la pintura?, Sandra querida ve arregl?ndoselas mientras yo lo maquillo. Pintura negra no hay pero ponle ese violeta oscuro que igual se le ver? bien. All? estaba yo, sentado y a la disposici?n de las dos chicas, no tenia otra opci?n que dejarlas hacer. -A ver mira para arriba, ahora el otro, ya esta, te das cuenta que no doli?, jejeje. Con una peque?a bocha comenz? a aplicar matraca en mis pesta?as, las rizaba hacia arriba d?ndole mayor volumen, mis ojos se hab?an transformado en el centro de mi cara, al verme en el espejo, resaltaban. -El ?ltimo besito por ahora, me dijo Carolina. Mientras levemente acarici? mi boca con sus labios. Te voy a poner brillo labial y no quiero que se te caiga. -As?, ahora frota tus labios, muy bien, ya estas, ahora si te ves como para salir con nosotras. Veras que nos divertiremos mucho, esta noche ser? inolvidable. ?Ring!, ?Ring!, el timbre de la puerta sonaba, deb?a ser el tal "Luis" -Hola Luis, ya estamos listas, dijo Carolina con la denotada intenci?n de no dejarlo entrar y salir de inmediato. -?Qu? apuro que cargan!, ?Qui?n es "ese"?. -No seas tan antip?tico, es el hermano de Sandra, se viene con nosotras. ?No es lindo? -Mmhhmm. Murmur? Luis, con evidente recelo a calificar a un chico como "lindo". Luis era unos cinco a?os y diez cent?metros mayor que yo, de contextura atl?tica, sin llegar a ser eso que llaman "corpulento", de su rostro lo que mas llamaba la atenci?n eran sus ojos negros, negr?simos, oscuros, impenetrables, con una mirada escrutadora, que era acompa?ada con un piercing en su ceja derecha. -?Hala!, ?V?monos! Dijo Carolina abriendo la puerta delantera del auto. Sentado en la parte posterior del coche con mi hermana no dejaba de observar hacia la parte delantera tratando de encontrar alg?n indicio del tipo de relaci?n que un?a a Carolina con Luis. En una de esas ocasiones fui interceptado por su mirada en el espejo del retrovisor, sonri? divertida y me hizo un gui?o de ojos. Luego de unos 15 minutos llegamos a nuestro destino, una especie de galp?n industrial, a sus afueras se agolpaba la gente para escuchar la m?sica que brotaba de su interior, y una larga hilera de gente esperaba por entrar. Seguimos a Carolina directamente a la puerta de entrada, ella pas? altiva saludando al portero. -Venimos juntos los cuatro, fue todo lo que dijo para que de inmediato la puerta se abriera para nosotros. Una vez adentro una muchedumbre bailaba en una inmensa pista, a sus costados una buena cantidad de mesas, sof?s, poltronas y sillas conformaban variados espacios para sentarse a charlar, en la parte superior del galp?n hab?a un semipiso con algunos peque?os locales. Nos sentamos en una mesa, a mi lado tenia a Carolina, al otro lado estaban Luis y mi hermana, yo miraba deslumbrado todo el ambiente, parec?a algo sacado de alguna pel?cula de ciencia ficci?n apocal?ptica, era una ambientaci?n muy tecno. -?Te gusta criaturita?, sin esperar respuesta, como si la misma no importara mucho por lo obvia Carolina se dirigi? a mi hermana -Tu hermanito esta deslumbrado, como que estas vacaciones van a ser todo un aprendizaje para el. Mi hermana ri? traviesa, -bueno ya es hora que vaya aprendiendo algunas cosas. -? y qu? cosas crees tu que debe aprender tu hermanito?, mientras dec?a esto, Carolina tomaba mi mano por debajo del mantel de la mesa, antes de poder sorprenderme por esta acci?n sent? la mirada de ella directa a mis ojos. -?Te gustan mis ojos muchachito?, m?ralos bien, si no pierdes detalle de ellos veras como cambian de colores. Dijo con pretendida iron?a. Mientras tanto fue guiando mi mano por debajo de la mesa, sent? como ambas manos, la suya, la m?a, entr?bamos por debajo de su falda. Ni siquiera cuando descubr? la ausencia de bragas me atrev? a hacer alg?n gesto que pudiese develar la acci?n que transcurr?a por debajo de la mesa, subterr?nea, ajena al conocimiento de los dem?s. Mi mano y mis dedos eran sutilmente tutelados por las ordenes de su propia mano, mis dedos comenzaron a acariciar la desnuda vulva, desnuda hasta el extremo de carecer en lo absoluto de vellos. -?No te das cuenta?, comenzaron a cambiar de colores, f?jate como brillan, dijo en alta voz, provocando la risa de todos. En ese momento baj? la mirada, sin interrumpir el discurrir del contacto con lo mas intimo de la epidermis de Carolina, poco a poco sent? como mis dedos resbalaban con mas y mas facilidad, las secreciones y la humedad se hizo presente. Bajo su gu?a concentr? mi actividad en la parte superior de su vagina, mis yemas acariciaban entre los pliegues de la piel de esa zona. Carolina segu?a aparentemente imp?vida conversando alegremente con Sandra y Luis. -Deja que te muestro la disco, ?Vamos!. Me dijo de forma inesperada. De inmediato nos paramos, en ese momento la seguir?a hasta el mismisimo infierno, la expectativa de proseguir y profundizar las veladas caricias era un incentivo poderosisimo. La segu?, subimos por la escaleras de metal, hacia el nivel superior, desde all? podia divisarse el ambiente entero del ambiente. La gente abajo bailaba fren?tica mientras nosotros, all? arriba, parec?amos unas especies aves de rapi?a observ?ndolos para escoger la mejor presa. Aun no sabia adonde me llevaba Carolina. -Te promet? un regalo, ?Recuerdas?. Entramos a un peque?o local de tatuajes y piercing. -?Hola!, quiero hacerle un tatuaje a esta criaturita., sin darme tiempo siquiera a manifestar la mas peque?a duda. -Date la vuelta, indic?ndome que deb?a darle la espalda al tatuador. Acerc?ndoseme por la espalda me susurr? al oido, -No temas no te doler? mucho. Mientras jalaba un poco la liga de la pantaleta por detr?s, tanto para recordarme que estaba vistiendo bragas, como para hac?rselo evidente a quien tendr?a la tarea de marcar mi piel. Dibujando algo en un papel dijo, -Quiero que le tatues esto atr?s, abajo en la rabadilla. -?Pero! -Shhhhh, tu ver?s te va a gustar mucho, confia en mi, susurr? de nuevo en mi oreja, tomando mi mano de la misma forma como lo hab?a hecho momentos antes y reactivando el recuerdo del contacto con su h?meda vulva. -Buena se la vas a poner, fue el comentario del artista. -Tu tranquilo. Me dijo. Es algo simple, es una sorpresa, despu?s me lo agradecer?s, tu veras como te va a gustar, ahora b?jate un poco los pantalones, incl?nate un poco para que puedan trabajar mas c?modos. Baj? mis pantalones y bragas dejando totalmente expuesta la zona lim?trofe entre mi espalda y mi ano, apoy? mis brazos en la mesa que tenia enfrente arqueando as? un poco mi cuerpo de modo de facilitar el acceso a la zona por Carolina escogida. Una sensaci?n incomoda, casi de miedo me invadi? al sentir el contacto de las viriles manos del tatuador sobre las posterioridades de mi cuerpo, cerr? por una fracci?n de segundos mis ojos. Al instante comenz?, mientras la punta del instrumento decoraba mi piel y el zumbido caracter?stico penetraba mis oidos, Carolina me miraba directamente, sus ojos mostraban el mismo brillo, disfrutaba mientras tallaban mi piel. -Listo, ya esta, c?mprale una pomada con vitamina A y D, y se la echas sobre la zona, que no lleve sol all? por un mes y lo tendr? perfecto para toda su vida. Dijo el Tatuador. Dirigi?ndose a Carolina, Trat? de ver la zona en cuesti?n, pero mis contorsiones no alcanzaban al ?ngulo necesario para divisar el trabajo realizado. -Tranquilo que te qued? bello, vamos s?bete los pantalones, ?Vamos a bailar!. El baile era mas bien un ritual de seducci?n, Carolina se acercaba tanto a mi que pod?a sentir su respiraci?n sobre mi rostro, giraba alrededor de mi cuerpo, sent?a ahora su respiraci?n en mi nuca, sus manos acariciaban mi cuerpo, sub?an por mi abdomen hasta llegar a mi pecho, rodeaban mis caderas, atravesaban traviesas por mis gl?teos acariciando en su recorrido toda mi espalda, daba vueltas y mas vueltas en torno a mi, me miraba, sonre?a, se re?a, me acariciaba, me cautivaba. Estaba hechizado. -Echate un poco para all?, dijo Carolina a Luis sent?ndose a su lado en el banco, cuando retornamos a la mesa. -Ven, aqu? cabes. Me dijo. Quedamos los tres medio apretujados en el mismo banco. -V? que te estaban tatuando arriba hermanito, ?Qu? te pusistes? ?Un Drag?n? ?O tal vez una rosa? , dijo ri?ndose de mi predicamento. -Es una sorpresa, el ni siquiera lo sabe. Dijo Carolina mientras posaba su mano en mi muslo como invit?ndome a tomarla, su gesto me llen? de alegr?a, en ese momento me sent?a absolutamente dichoso, ni siquiera los comentarios cargados de iron?a de Sandra pod?an alterarme, tanto as? disfrutaba la cercan?a de Carolina. Su mano comenzaba a sonsacar a la m?a para recomenzar nuestro er?tico y encubierto juego, la deje guiar mi mano, mientras mirada sus ojos, con la picara chispa que ya descifraba como una se?al inequ?voca de su excitaci?n. En esta oportunidad mi mano, comandada por los deseos de Carolina se pos? sobre una extremidad, tard? al menos dos o tres segundos para que mi mente interpretara que esa sensaci?n s?lo pod?a provenir de la verga erecta de Luis. Hice un intento por retirar mi mano, pero Carolina con firmeza la sujeto, oblig?ndome a rodear con mis dedos el falo erguido. Me miraba fijamente dici?ndome -Sabes que debes agradecerme el regalito, criaturita. Baj? mi mirada, no quer?a que mi hermana se enterara por ning?n motivo que en este momento tenia en mis manos el miembro en erecci?n de otro hombre, si ella o mi familia se enterara seguro seria un esc?ndalo. Trat? de disimular las situaci?n -Claro Carolina, te lo agradezco mucho. Mientras tanto, su mano sobre la m?a, me impulsaba a comenzar un lento recorrido arriba y abajo del pene de Luis. Sabia que Luis me estaba observando mientras en secreto lo masturbaba, no me atrev? a levantar la vista ni a mirarlo ni a el ni a Carolina. -Entonces Luis, nunca me contestastes la pregunta, ?Verdad que el hermanito de Sandra es bello? -Feo no es, fue en esta oportunidad la respuesta de Luis, mientras sabia me contemplaba con sus penetrantes ojos. -Oye hermanito, que popular has resultado ser, hubiese sabido y se los habr?a presentado antes, hasta celosa me haces poner. Dijo Sandra mientras reia. Debajo de la mesa yo prosegu?a, siempre bajo la gu?a de Carolina la estimulaci?n del ajeno falo, despu?s de unos momentos pude sentir, como algunas gotas de semen goteaban de su punta, mientras tanto Carolina y Luis charlaban como si nada ocurriese. La sensaci?n de masturbar a otro hombre era una sensaci?n extra?a, no era similar al acariciarme mi mismo pene, no s?lo se sent?a mas grande, duro y templado, sino que incluso sent?a una inequ?voca percepci?n de estar tocando un objeto que no hab?a tocado nunca en mi vida. Como si se tratara de una herramienta distinta a la m?a, como sin en ella hubiese algo de lo que la m?a carec?a. La sent? endurecer mas y mas, sabia que el momento de la explosi?n estaba cerca. Unos segundos antes de la eyaculaci?n Carolina retir? su mano, dej?ndome solo cuando Luis alcanz? el climax. Carolina se acerc? a mi, como queriendo susurrarme algo al oido, -Lo hicistes muy bien, criaturita, ahora chupa. Acerc?ndome dos de sus dedos a mi boca e introduci?ndomelos en la boca , sent? tanto el sabor del semen de Luis en ellos como el Mordisco de Carolina en el pabell?n de la oreja. Al finalizar de chupar los dedos, levant? la mirada, buscaba a mi hermana, era obvio me hab?a visto chupar los dedos. ?Qu? estar?a pensando?, en ese instante tuve la certeza de que ella sabia todo lo que estaba pasando. La mir?. -"Hermanito, hermanito, tienes que aprender que importa mucho mas lo que tu sientas que lo que puedan pensar los dem?s", recuerdas que te lo dije el otro d?a en la casa, no lo olvides, nadie es quien para juzgarte. Me digo mientras me hacia un gui?o con sus ojos. Carolina se acerc? y me beso en los labios, este vez no fue una suave caricia, su lengua invadi? mi boca, se pase? por ella con total descaro, como queriendo tomar posesi?n de mi interior. -Escucha a tu hermana, ver?s que nos va "super". ?D?jate de tantos complejos y rel?jate! -Chicas, chicas ya esto se puso demasiado rom?ntico para mi gusto, como que lleg? el momento de irnos dijo Luis. Al Llegar a la casa de Carolina, nos dijo, bajense, esta noche duermen aqu?, ya es muy tarde para que Luis los lleve. -?Me quedo yo tambi?n?, pregunt? Luis. -?Estas loco!, ma?ana llega mi madre y si ve a un hombre durmiendo en la casa me mata. Al oir esta ultima aseveraci?n de Carolina me sent? confundido, ?Yo si iba a dormir en su casa y Luis no?. Yo era tan hombre como Luis ?O no?, debe ser que como yo soy el hermano de Sandra no se ve tan mal reflexione, quiz?s era una excusa de Carolina para deshacerse de Luis, ya no sabia ni que pensar, esa noche en mi interior tenia una especie de coctel emocional. En todo caso me sent? feliz y algo aliviado de no tener que compartir el resto de la noche con Luis. En su habitaci?n Carolina encendi? un porro, fuimos pas?ndonos la colilla mientras bromeabamos, estaba ya mucho mas distendido, mas relajado, me re?a de cuanta tonter?a dec?an las chicas. Era ya tard?simo cuando Carolina nos dijo, ya es hora de dormir, ma?ana llega mi madre, y debemos pararnos temprano. -?El tatuaje!, ?mu?strame el tatuaje hermanito! -Date la vuelta , cari?o para que tu hermana vea el tatuaje, qu?tate los pantalones, no vas a dormir con ellos. -?OHH! Dios m?o, Carolina. ?C?mo se te ocurrio? -?No vas a decir no se le ve divino? -??Que es!? ??Que es!?, dije con impaciencia -M?ralo tu mismo, me dijo Carolina llev?ndome hacia el gran espejo adosado a la pared. All? en la zona que acababa mi espalda y comenzaban mis gl?teos en esa especie de frontera er?tica se ve?a n?tidamente tatuado un s?mbolo, ? , el s?mbolo que identifica el g?nero femenino. Estaba exhausto, en mis 18 a?os de vida no hab?a vivido momentos de tanta intensidad como los de aquel d?a. En este instante me sent?a absolutamente incapaz para discernir entre lo adecuado o lo inadecuado de nada, sabia que hab?a tocado que jam?s antes estaba en mi horizonte traspasar. ?Qu? hab?a al otro lado del umbral?, no lo sab?a. ?Me gustar?a verlo?, ya las certezas en mis preferencias se hab?an vuelto difusas, mis certezas se diluyeron en el torbellino de acontecimientos que desencaden? ese hurac?n llamado Carolina. Estaba exactamente a la mitad de un puente que se derrumbaba sin tener idea de por cual de los dos extremos deb?a escapar. -?C?mo te sentiste en tu primera salida en pantaleticas? Dijo Carolina mientras me jalaba el borde de las bragas que asomaban por la parte posterior de mis ajustados jeans. Se me hizo evidente que ella encontraba un perverso placer al poner mi debilidad de manifiesto. ?Mi primera salida hab?a dicho? ?Era eso un anuncio de los que vendr?a?. -Vamos a fumarnos uno antes de dormir, dijo volvi?ndose hacia la peinadora para encender el porro, mientras lo encend?a de espaldas a mi y a mi hermana pregunt?: -?Verdad que Lu?s esta buen?simo? La pregunta me cay? como esos goles de minuto noventa en contra. No sabia como reaccionar, ?A qui?n iba dirigida la pregunta?, ?A mi hermana?, ?A mi?. La ambig?edad de la situaci?n me imped?a tener un marco de seguridad en lo que deb?a, o no, hacer y decir. -Toma dijo Carolina a Sandra pas?ndole el "cacho", vamos a ponernos c?modas. Tu puedes quitarte esos pantalones, tendr? que buscarte otros pantaloncillos para que duermas, los del otro d?a los dejaste sucios, me dijo. Al momento estaba poni?ndome unos shortcitos de sat?n amarillos con una hilera de afeminados botoncitos a cada lado, los cuales formaban parte de un pijama de Carolina. Al subir la mirada observ? que Sandra y Carolina estaban tendidas en la cama bes?ndose. Mi vista se apart? para posarse sobre la foto de la c?moda en donde estaban ambas, muy juntas sonriendo. -?Huy! Criaturita, no est?s celosa, Entre nosotras no debe haber barreras, ?Verdad Sandra?, no me gustan los celos, anda ven aca. Las chicas se pararon rode?ndome, Carolina por detr?s de mi comenz? a acariciar mis nalgas. -?Sandra!, dijo Carolina, mi hermana se acerc? a mi coloc?ndome el pitillo en mi boca, aspir? profundamente, como queriendo que el humo que entraba a mi cuerpo incinerar? mis angustias, expir? poco a poco como liberando lentamente mis temores, al desvanecerse el humo sent? la sorpresiva intrusi?n de la lengua de mi hermana en mi boca, su penetraci?n satur? mis sentidos con su incestuosa profanaci?n. Otra barrera quedaba hecha trizas. Sent? el mordisco de Carolina en mi oreja. -Qu?date tranquilito, ya eres parte del clan, rel?jate, disfruta, ya no debe haber ningun prejuicio entre nosotros. Las manos de Carolina acariciaban mi pene, comenc? a ser lentamente orde?ado por sus manos enfundadas en la tela de sat?n. -Ya no tienes nada de que avergonzarte, a partir de hoy debes abandonarte al disfrute, veras como te llevaremos al cielo, me susurraba Carolina al o?do. Mi hermana muy suavemente mordisqueaba la punta de mis tetillas. Estaba totalmente atrapado entre las chicas. La otra mano de Carolina empez? su intrusi?n entre mis gl?teos, y uno de sus ensalivados dedos comenz? su danza dentro de mi ano, suavemente, lentamente, exactamente al mismo ritmo con el cual mi pene era masturbado. -?Te gusta estar as? entre chicas? ?Verdad?. ?Dilo!, me requiri? Carolina. -?Si!, Si me gusta, respond? dejando abatidas todas mis resistencias. -?Lo ves?, te dije que a tu hermanito le gustar?a, s?lo es asunto de irlo llevando, de derrumbar sus prejuicios. -?Ahh!, gem? al sentir s?bita la intrusi?n de un segundo dedo en mi esf?nter, sus dedos jugueteaban mas y mas en mi interior, el ritmo se incrementaba, su mano no paraba de masturbar mi polla. Mi hermana pellizcaba las rosetas de mi pecho mientras Carolina mordisqueaba la parte superior de mi espalda. Sent?a mi pene a punto de explotar. -Venga, bello, queremos que sueltes toda la lechita que te queda. La esperada erupci?n fue recogida por la mano de Carolina, que sin esperar que la sensaci?n de ?xtasis se desvaneciera, me la dio a lamer, su manos se restregaban sobre mi rostro, sus dedos ba?ados de semen penetraban mi boca. -Eres una "tragona", con Lu?s te comportaste como toda una putica. Enrojec? al o?r el comentario, la risita de Sandra hizo mas humillante el trance, sin embargo entend? que el tiempo para una rebeli?n al trato que Carolina me daba hab?a pasado, el puente estaba roto y ya no ten?a mucha elecci?n, no hab?a espacio para desandar el camino, ya estaba demasiado expuesto a los ojos de las dos chicas. Mi cara y mi boca estaban llenas de semen, Carolina contempl?ndome, dijo -Estas vuelto un asco, ven que te voy a ense?ar a limpiarte la cara, adem?s no puedes acostarte nunca con resto de maquillaje. Moj? mi cara en agua tibia y comenz? a masajear mi cutis con sus manos impregnadas es un suave jab?n liquido. -Tienes que cuidar ese bello rostro, es uno de tus "ganchos" Con un algod?n humedecido en loci?n desmaquillante removi? con cuidado la mascara de mis pesta?as, finaliz? aplic?ndome una crema humectante por toda mi faz. Mientras Carolina se afanaba en la rutina de cuidado de mi piel, no puede evitar pensar en el fascinante contraste de su actitud, a ratos hiriente, cortante, humillante; en ocasiones salvajemente excitante; y en otros, como ahora, tiernamente cari?osa. Era una gema de m?ltiples cantos y encantos. -Hasta el pantaloncillo lo manchaste con tu esperma, y ya no tengo otro, no te va a quedar otro remedio que usar una dormilona, pas?ndome un camis?n igual al de ella y Sandra. Era tambi?n de sat?n amarillo, la parte superior era de delgadas tiritas, y un delicado lazo situado en el centro del pecho, escasamente me cubr?a un poco por debajo de mis gl?teos. En una esquina del cuarto vi como estaba tirada la ropa con la cual hab?a llegado hoy a la casa de Carolina. De la gabardina al sat?n de la mano de estas dos diablas que me ofrec?an un cielo. Esa noche nos quedamos los tres en su cama, en el momento en el cual abrac? a Carolina, justo antes de quedarme dormido, una sensaci?n de dicha y calma me invadi?. Estaba feliz. -?Muchachas lev?ntense!, la voz me despert? de golpe, entreabr? mis ojos para ver a la mama de Corolina descorriendo las cortinas de la ventana para que la luz invadiera el cuarto, obviamente hab?a pensado que en la cama se encontraban tres chicas. Gir? hacia el lado opuesto tratando de que mi rostro no fuese f?cil de divisar. -Las espero abajo para que desayunemos. Dijo saliendo de la habitaci?n. -?Tu madre me habr? visto?, ?Qu? hacemos ahora? Pregunt? a Carolina con evidente angustia. Trataba de encontrar una salida a la situaci?n, no pod?a pensar en simplemente escapar, era claro que hab?a visto tres personas en la cama, no sabia que hacer - ?Si me visto de chica tu crees que tu madre se de cuenta? -No seas tonto, claro que se dar? cuenta que no eres una chica, que te veas algo femenino no significa que puedas pasar por una muchacha de buenas a primeras, para algo as? se requiere tiempo para poder feminizarte mas. Mi madre no es ninguna tonta, si no tienes un aspecto totalmente femenino sospechar? y acabar? por descubrirnos. -?Entonces que hacemos? No seria aceptable que Carolina hubiese pasado toda la noche en la cama con un chico habi?ndose quedado sola en la casa, era un hecho que ninguna madre aceptar?a de buenas a primeras. -La ?nica alternativa que tenemos es que te vea como un chico absolutamente inofensivo, tienes que verte y comportarte absolutamente afeminado, de modo que sea evidente que eres incapaz de funcionar como un macho. Esa es la ?nica soluci?n, venga a vestirnos, tu ya lo sabes, tienes que mariquearte lo mas que puedas, no vayas a meternos en un problema a todos. Me puse de nuevo los ajustados jeans negros a la cadera de la noche anterior, una camiseta T shirt de cotton lycra negra con ribetes rosa que acentuaba la delgadez y fragilidad de mi cuerpo y zapatillas de goma bajas tambi?n de color negro que asemejaban las de una bailarina. R?pidamente Carolina acentu? mi afeminada imagen con un toque de m?scara en mis pesta?as y brillo labial de color neutro, lo suficiente como para que no me viese excesivamente maquillado para esa hora de la ma?ana, pero que se notase la presencia en el rostro de los cosm?ticos. -Ya lo sabes a partir de ahora eres una "maricona", as? que comp?rtate como tal, al menor indicio mi madre puede sospechar. Ten?a miedo ?Qu? ir?a a decir la madre de Carolina? ?Armar?a un esc?ndalo?, despu?s de todo yo hab?a pasado toda la noche en su casa en la cama con su hija. ?Se lo dir?a a mis padres? Esta ?ltima posibilidad de veras me aterraba. Nunca me hab?a sentido como una marica, sin embargo la estrategia de Carolina parec?a ser la ?nica posible. Baje las escaleras presa de un gran temor -?Ah!, Pero si es un chico, fue la primera exclamaci?n de la madre de Carolina -Mama, parece un chico pero en realidad es casi tan mujer como nosotras, fue la r?pida respuesta de Carolina -Ya veo, dijo escrut?ndome de arriba abajo con la mirada, no te preocupes en el teatro hay muchos como "ella". Me ruboric? al o?r la expresi?n de la se?ora refiri?ndose a mi en femenino, pero paralelamente sent? una sensaci?n de alivio al ver que la idea de Carolina funcionaba por el momento. -Desde peque?o siempre se comport? como una ni?ita, expres? mi hermana, dirigi?ndome una mirada de picard?a. -Bueno, bueno, si?ntense a desayunar chicas, Aqu? tienen cereal, yogurt, frutas y caf?. ?Te molesta me dirija a ti como una chica?, me pregunt? directamente, como poni?ndome a prueba. -No se?ora, no se preocupe, ?ltimamente esa confusi?n se va haciendo algo com?n, ya estoy acostumbr?ndome. Le respond? tratando de sonar lo mas amanerado posible. -Me caen ustedes como anillo al dedo, esta noche invit? a un productor amigo mi?, estoy tratando de obtener un papel en su obra y me pueden ayudar con la lectura dramatizada que quiero hacer. Claro para ello deber?an ensayar un poco, Carolina mi amor, en el estudio est? el gui?n ?Puedes ocuparte de ello? ?Ah!, oc?pate tambi?n de tener lista la cena, debo salir en la tarde y llego en la noche con el productor. Las ametrallantes palabras de Cristina, la madre de Carolina, dibujaron el panorama de lo que seria el discurrir de nuestro d?a, haciendo hicieron trizas mis esperanzas de una r?pida huida. Me resigne a tener que realizar el papel que se me hab?a asignado durante el d?a y el que se me asignar?a para la representaci?n de la noche. -Hasta ahora lo haz hecho perfecto, sigue as? y nos ira bien. Me dijo Carolina cuando quedamos los tres solos. Mientras las muchachas recog?an los trastes sucios del desayuno, yo los fregaba, al terminar Carolina busc? el texto de los parlamentos que deber?amos aprender para la noche. -Yo me lo leer? y asignar? los papeles. Asumiendo una vez mas su inocultable liderazgo sobre mi y mi hermana. -?Es perfecto!, adem?s s?lo hay tres personajes, todas mujeres, nos vendr? perfecto para convencer a?n mas a mi madre. Tu har?s uno de ellos, tu hermana el otro y yo ensayar? el papel que le tocar? a mi mama. Buena parte de la tarde de esa parte la dedicamos a practicar las l?neas que deb?amos aprender, al comienzo me cohib? un poco, dadas las caracter?sticas del personaje que me tocaba interpretar, al final me result? muy divertido, nos re?mos y disfrutamos mucho con todas nuestras equivocaciones e intentos de dramatizaci?n, despu?s de algunas horas terminamos haci?ndolo bastante aceptable, la mama de Carolina no tendr?a mucho que reprocharnos. Al caer el sol Carolina record? que deb?amos preparar la cena, yo me encargu? de sacar la piel de algunas verduras que utilizar?amos en una sopa mientras las chicas a mis espaldas elaboraban el guiso. Estaba concentrado con mi labor con el cuchillo cuando sent? unas manos que acariciaban mis gl?teos. -Hasta ahora has sido una "ni?a" buena, sigue as?, mariqu?sima, y nos ira divinamente, me fascina verte tan obediente. Era Carolina que como siempre dio por terminada su frase con un leve mordisco en mi oreja. Hora y media mas tarde estaba la cena lista, nos quedaba el tiempo justo para vestirnos antes de la llegada de la se?ora con su productor. Una vez mas la incertidumbre del vestuario, lo que hasta ahora no hab?a sido para mi mas que una sencilla protecci?n contra el ambiente, cobraba significaci?n, cada vez se me hacia mas claro que si bien no somos exactamente lo que vestimos, vestimos como pretendemos ser. Los otros y nosotros reaccionamos al estimulo visual de la apariencia, envolvemos a las personas en el invisible celof?n de nuestras percepciones, y el llamado de la moda que portamos crea la situaci?n en donde actuamos. Ya la decisi?n de c?mo vestir no me pertenec?a, era Carolina que dictaba la pauta que yo deb?a seguir. Era una cena informal, pero con gran importancia para su madre. -?Qu? te pondremos? ?Criaturita que te pondremos? Se pregunt? a si misma. Lo primero que me dio fueron unas bragas negra de encaje. -Mucho cuidado con ellas no me las vayas a estropear son de mis favoritas. Un pantal?n ?Qu? pantal?n puede ser? No puede ser un jeans, es demasiado informal, a ver, ponte este. Me di? un pantal?n negro de vestir, a diferencia de los jeans, el talle era alto, mas alto que en los pantalones usuales de chico, la cinturilla era ancha, asemejando una especie de faj?n la cual se abrochaba en la parte delantera con tres botones. Era un pantal?n muy femenino que entallaba y afinaba mi cintura. -Date la vuelta, a ver como te queda, Sandra mi amor, mira el "pompis" que se le ve a tu hermanito con este pantal?n, ?No se le ve bell?simo? -Es la marca de familia, todas las "mujeres" de la familia lo tenemos as?, formadito y paradito, dijo mi hermana entre risas. Sac? del armario una blusa de seda con un estampado de flores con tonalidades rojas, naranjas y amarillas. Sus mangas eran amplias recogi?ndose en unos ajustados pu?os. -Esta te combinar? perfecta. Era la primera vez que vest?a una blusa de chica, una de las cosas que me extra?o es que la abotonadura de la misma era inversa a las que acostumbraba a vestir, nunca me hab?a percatado de este detalle, lo cual hacia que mis manos lucieran algo torpes al abotonarlos. -Sandra, ve removi?ndole el barniz violeta de las u?as de tu hermano, ponle un rosadito suave, neutro que casi no se le vea, ?Qu? zapatos te podr?s poner? No pueden ser deportivos, y no creo que en tacones puedas estar, para comenzar no podr?as caminar en ellos, habr?a que "ense?arte". Dijo soltando una carcajada. A la final me pas? unos zapatos de charol, de tac?n bajo, hubiesen sido bastante discretos si no puede por un broche dorado que ten?an a sus costados, lo que hacia imposible dejar de mirarlos. -Listo, te ves "divin?sima", todo el que te vea pensar? que eres un chico "fin?simo". Si?ntate, te retocar? el maquillaje. Esta vez a la mascara de pesta?as y el brillo labial, ligeramente mas rosa que el de la ma?ana, se uni? algo de sombras en mis ojos, de un tono solo un poco mas oscuro que mi piel, de forma de lograr que sin notarse demasiado lograra resaltar mi mirada. -Justo a tiempo. Dijo Carolina al o?r el coche de su madre desplazarse por la vereda de entrada. Al abrirse la puerta entr? la se?ora Cristina, acompa?ada de un hombre de unos 40 a?os, alto, delgado, de impecable aspecto, por su apariencia era obvio que cultivaba tanto su aspecto como su forma f?sica. -Hola Chicas, este es Guillermo Montilla, es el que ser? mi futuro productor. ?No es verdad Guillermo? -Je, je, je. Ri? el hombre. Cristina, Cristinita, no vas como muy r?pido, eso debemos discutirlo hoy. -Esta es mi hija Carolina y su amiga Sandra con su hermano. Nos present? la se?ora. -Pero si este es un "pimpollo" Tuve que hacer un esfuerzo para contenerme, baje mi rostro, pens? el l?o en que me ver?a si la madre de Carolina sospechara que era algo distinto a una maricona, pens? en Carolina, me gustaba demasiado, no pod?a fallarle. -?No es una divinidad?, dijo riendo la se?ora Cristina. Vamos pasando al comedor. Chicas vayan a servir la cena. Me dirig? con las muchachas a la cocina a buscar las bandejas con la comida, antes de sentarnos a la mesa servimos en los platos de la se?ora Cristina y su invitado sus porciones. -?Esta bien as? de sopa se?or?, pregunt? al momento de servirle. -Muy bien lo haces, muy bien. Me respondi?. Durante la cena trataba de pasar desapercibido, callado, con mi vista baja. En dos o tres oportunidades me percat? de las miradas escrutadoras tanto de la madre de Carolina como de su productor, supongo era inevitable dada mi peculiar apariencia. Del otro lado de la mesa Carolina me enviaba miradas y sonrisas de aprobaci?n. La cena se prolong? por un tiempo, la conversaci?n giraba en torno a la carrera profesional de la se?ora Cristina. -Guillermo, ya no estoy para hacer papeles de damisela, creo que el papel en tu obra puede abrirme la puerta a la transici?n para otro tipo de papeles, mas maduros, con mas fuerza. -No lo s?, Cristina, aun eres una mujer joven, te ves divinamente. No es que dude de tu fuerza expresiva, ?Est?s segura que quieres hacer ese tipo de papel? -Por supuesto, hemos preparado una lectura dramatizada, quiero que la veas Guillermo, si no te gusta no se hable mas del asunto. Chicas vayan a prepararse. -?Prepararse?, ?Qu? significaba prepararse? Pens?. Hasta el momento hab?a cre?do se trataba s?lo de recitar el parlamento. Salimos a la habitaci?n contigua, Carolina, quien obviamente lo hab?a preparado todo, nos dio a mi hermana y a mi id?ntico atuendo, blusa blanca manga corta y una falda corta negra de tablas. -P?nganse esto. ?Tu no empieces con tus miedos! La cortante frase de Carolina no dejaba lugar a r?plica, sin chistar vest? por primera vez en mi vida una falda y de dispuse a entrar en el sal?n en donde har?amos la representaci?n. Comenz? la funci?n. Al rato estaba yo declamando frente a la se?ora Cristina y mi hermana ...La se?ora nos ha vestido como unas princesas, la se?ora ha cuidado a Clara o a Solange, puesto que la se?ora nos confund?a siempre; la se?ora nos envolv?a en su bondad. La se?ora nos permit?a vivir juntas a mi hermana y a m?. Nos daba las chucher?as que ya no le serv?an. Tolera que el domingo vayamos a misa y nos coloquemos en un reclinatorio cerca del suyo... (Fragmento de la obra Las Criadas de Jean Genet) Al terminar la algo improvisada "representaci?n", la se?ora nos felicit? a mi hermana y a m?. Bes?ndonos en ambos cachetes nos dijo: -Lo hicieron excelente para no haber actuado nunca. Carolina te felicito hiciste un excelente trabajo con este par, ahora recojan la mesa mientras yo converso con Guillermo. Comenc? a fregar los trastes, mientras las chicas entraban y sal?an de la cocina tray?ndome la loza y los cubiertos utilizados, de pronto sent? por debajo de mi falda unas manos que acariciaban mis gl?teos. - Es Carolina de nuevo, pens? por una fracci?n de segundos antes que mis sentidos se percatasen que tanto la textura de la piel como la fuerza con que lo hac?an no eran similar a sus caricias. Me volv? bruscamente para encontrarme cara a cara con el se?or Guillermo. -Lo hiciste divinamente bien, me dejaste impactado, me dijo. -Pero se?or que hace. Respond? apart?ndome r?pidamente del fregador y dirigi?ndome a la otra esquina de la cocina -Ven ac?, ac?rcate. -No se?or, creo que usted se equivoca conmigo... a pesar de mi aspecto... -?El que estas equivocado eres tu! Ya lo veras. Dijo saliendo r?pidamente de la cocina. Me qued? perplejo, no sabia que hacer, el invitado de la se?ora Cristina hab?a salido evidentemente molesto, ?Qu? deb?a hacer?, ?Tendr?a decirle lo ocurrido a Carolina? En el comedor se escucharon algunas voces, eso me aterroriz? m?s. Si fuese posible desaparecer de esa casa lo habr?a hecho. Carolina entr? a la cocina, estaba visiblemente molesta. -?Qu? co?o estas haciendo?, esta noche es demasiado importante para mi madre y para mi, no voy a dejar que un "maric?n" como tu la arruine. ?Quieres que le diga a tus padres que su "hijito" se dedica a masturbar pollas por debajo de la mesas en las discotecas? ?O les digo como tragas semen?, Tal vez les muestro tu tatuaje ?Eso te gustar?a? ?Qu? crees que pasar?a si hago eso? Vas a entrar al sal?n y vas a hacer exactamente lo que se te diga, as? tranquilito, sin chistar ?Estamos?. -Si Carolina entend?, y la segu? hacia la puerta del sal?n. Entr? al sal?n siguiendo a Carolina, su madre estaba sentada en una poltrona, frente a ella se hab?a dispuesto una peque?a mesa de unos cuarenta cent?metros de alto. -Pasa ni?a, que ahora te toca la segunda funci?n. Me dijo la se?ora Cristina, a su lado el se?or Guillermo exhib?a una sonrisa de triunfo. -Ven, apoya tus manos sobre la mesa, no te preocupes yo estar? contigo. Dijo Carolina, mientras se colocaba a un extremo de la mesa justo enfrente. Mi cuerpo se arqueaba por la limitada altura de la mesa, para colocar mis manos sobre la tabla deb?a doblarme de tal forma que mis gl?teos se encontraban en el tope de mi anatom?a. Carolina, ya con el brillo de la provocaci?n en sus ojos, clav? su mirada en la m?a. -Se buena, y no dejes de mirarme por ninguna raz?n. Sent? unas manos acariciar mis nalgas por encima de mi falda, esta vez no era una sensaci?n desconocida para mi, sabia se trataba del se?or Guillermo. -Te das cuenta maric?n que de nada val?a oponer resistencia, tienes unas nalgas bellas, redonditas, formaditas, no iba a irme sin el placer de tomarlas. ?Vamos s?bete tu mismo la falda! Con mis manos sub? lentamente la faldita que cargaba, como ofreci?ndole a un comensal el platillo que iba a degustar, mi culito quedo a la vista de todos, vestido s?lo por las bragas de encaje que formaban un peque?o triangulo en la parte superior luego que el delgado hilo de la tanga emerg?a de mi raja. Sin dejar de ver a Carolina, pens? que mi hermana estaba contemplando toda la humillante escena, me encontraba indefenso y sin otro camino que el de dejar que dispusieran de mi cuerpo. -Toma Guillermo, ?chale un poco de lubricante, despu?s de todo es una "ni?a" virgen y no queremos que sufra en exceso. Dijo la se?ora Cristina alcanz?ndole un tarro de vaselina. Sent? como las manos del se?or bajaron mis bragas hasta las rodillas, luego el deslizar de dos de sus dedos untados con la grasa dentro de mi recto, de forma s?bita, fuerte, viril, nada parecido a las suaves caricias internas que me hab?a dispensado anteriormente Carolina. Entend? por sus maneras que yo no estaba all? para sentir placer, sino para produc?rselo. -Con lo que me gusta un culito virgen ?De verdad pensabas que me iba a ir sin cogerte? Al instante sent? la punta de su ya erecto pene en la puerta de mi orificio anal. El ariete estaba presto a reventar todas mis posibles resistencias. -arrrrrggg Al entrar la sensaci?n inicial m?s que dolor resulto ardor, sent?a como un cometa incandescente penetraba por mi culo, quemaba mis entra?as como un tiz?n al rojo vivo- -Quieta, rel?jate, y te prometo lo disfrutar?s. Susurr? Carolina en mi o?do. Mientras el se?or Guillermo comenzaba el lento taladrar de mis entra?as. Miraba a Carolina, ella extasiada contemplaba como era sometido y penetrado, el brillo de sus ojos era intenso, la sonrisa en su rostro denotaba su propio disfrute. Poco a poco, a medida que mi culo, empalado por el erecto falo, se desgarraba mas, la ?gnea sensaci?n fue cediendo paso, aminor?ndose. Conforme se sent?a una mayor holgura de cavidad se incrementaba el ritmo del bombeo, una y otra vez la verga se hund?a hasta las profundidades de mis intestinos y sal?a victoriosa para volver a horadar mi ano. -As?, as?, mariquita, ya lo estas disfrutando exclam? jadeando el se?or Guillermo. Dos lagrimas se evadieron de mis ojos para rodar por mi rostro y caer sobre la mesa, las manos de Carolina tomaron posesi?n de mi pecho, sus u?as se enterraban en mis tetillas, y sus dedos las jalaban y estiraban. -Lo vez putica, rel?jate y disfruta, me dijo Carolina, mientras una de sus manos comenz? a masturbar mi erecto pene. A mi espalda el se?or Guillermo abr?a, mas y mas, mis nalgas con sus manos, como queriendo ganar espacio para que su verga tocase lo mas profundo de mi cavidad. -Vamos a llenar tu culo de leche, como si fueses una puta. Sent? como su polla se enterr? totalmente en mi cuerpo, como dotada de vida propia la sent? expulsar dentro de mi su semen, a medida que escup?a dentro de mi culo su carga se templaba mas que antes. Arquee mi espalda aun mas, sent?a que yo tambi?n reventaba de las ganas. Afloj? completamente los m?sculos de mi esf?nter. Cuando sent? los dedos llenos de semen de Carolina penetrar una vez m?s mi boca, comprend? que todo estaba consumado. Al sentir mi ano libre del falo que lo subyugaba, ca? de rodillas frente a la mesa, mi rostro escondido entre mis manos. Lloraba, lloraba de impotencia, lloraba de humillaci?n pero sobre todo lloraba porque lo hab?a disfrutado intensamente. -Tranquila mi amor, ya todo acab?. Me dijo Carolina, mientras acariciaba tiernamente mi pelo. -Vamos al cuarto, te ba?ar? y veras como te sentir?s bien. Abrazadas subimos escaleras arriba. -?Te duele mucho tu culito?, me pregunt? cuando nos quedamos a solas. -pobrecita "mi ni?a", ven que te ayud? a limpiarte. Con un pa?o humedecido en agua tibia, cuidadosamente fue limpiando mis nalgas, en el pa?o iban quedando, junto a los residuos de semen que destilaba mi ano, peque?as manchas ocasionadas por co?gulos de sangre que daban cuenta del desgarre de mi obertura. Al terminar la limpieza, Carolina tom? una caja de tampones sanitarios, de los que utilizan las mujeres para contener los flujos menstruales. -Tranquilito, que esto no te doler? nada e impedir? que manchas las sabanas de sangre. Con mucha delicadeza insert? el tamp?n en el orificio de mi ano. -Ya esta, puedes cerrar tus nalguitas, ?huy! ?C?mo has llorado hoy! Pero era algo por lo que deb?as pasar, Me dijo mientras acariciaba mi cabeza. ***** Despert?, el sol iluminaba ya la habitaci?n, a mi lado Carolina dormitaba aun, yo no tenia demasiada conciencia del momento exacto en el cual me hab?a quedado dormido. Carolina entreabri? sus ojos y mir?ndome sonriendo -?Ya te despertaste preciosura! Con sus brazos me atrajo hacia ella y bes?ndome me dijo: -Hoy nos espera un buen d?a, despu?s de ayer me convenc? que har?s lo que sea por estar junto a mi ?Eso me encanta!, ver?s lo mucho que nos divertiremos. Desayunamos, enfundadas en las batas de seda estilo oriental que antes le hab?a visto vestir a ella y a mi hermana. -Menos mal que mi madre me dej? el carro, tenemos mucho que hacer hoy. De nuevo me vest? con su ropa, short de blue jeans, blusa blanca manga corta de chica y las zapatillas. -?C?mo amaneciste hoy? ?Aun te duele el culito? Me pregunt? mientras me pasaba otro tamp?n, entend? que este deb?a reponer al que se aloj? toda la noche en mi interior. Salimos en el coche, Carolina manejaba y yo iba a su lado, la ve?a alegre, emocionada, llena de vida, me fascinaba verla as?, estaba totalmente enamorado de ella. Luego de un recorrido de unos diez minutos llegamos a un centro de est?tica. -Hola Luisa, este es el chico del que te platique. -La verdad es que es muy bello, luego del tratamiento quedar? espectacular, pasen por aqu?. Dijo conduci?ndonos a un cub?culo con una camilla en el centro. -Por favor desn?date. Ya a estas alturas hab?a entendido perfectamente cual era mi posici?n en todo esto, ofrecer resistencia era absolutamente in?til, as? implicase quedarme en bragas frente a una chica desconocida. -Est?n bellas tus pantaleticas, me dijo mientras calentaba la cera con la que me depilar?a todo el cuerpo. -Afortunadamente no tienes mucho vello corporal, tal vez lo que te pueda doler un poco ser? cuando te haga la l?nea del bikini. Yo yac?a desnudo e la camilla siguiendo las instrucciones de la dependiente mientras Carolina nos observaba. ?Chaz!, ?Chaz! -?Auch! Exclam?, reprimiendo un grito de dolor, mire hacia mis genitales y observ? que el ?nico vestigio de mis vellos era un peque?o y delicado triangulo en la parte superior de mi pelvis. -Date la vuelta y abre un poquito las piernas, que ahora vamos con el culito. ?Qu? es esto? Me pregunt? al ver el cordel del tamp?n colgar del orificio de mi esf?nter. -Es que anoche ... Comenc? a decir. -?Ah! Pero si ya eres todo una "hembra", y cuando salgas de aqu? lo ser?s aun mas. Al rato mi cuerpo estaba totalmente carente de vellos, la crema hidratante que me colocaban se deslizaba por mi piel como una sedosa capa que se fund?a con mi epidermis. -Acu?state la cabeza atr?s. Con una pinza comenz? a darle forma a mis cejas, ahora mi rostro exhib?a unos arqueados y delicados arcos de inequ?voca apariencia femenina. -?Trajiste los aretes? Pregunt? a Carolina. Esta le entreg? tres peque?as cajas. -Primero los aretes, me dijo abriendo la primera de las cajas, y mostr?ndome unos delicados aros de plata con peque?as incrustaciones de pedrer?a brillante, un momento despu?s ya tenia ambas orejas perforadas con mis pendientes colocados. Tom? la segunda de las cajas, de donde saco una especie de pendiente de plata con las mismas piedrecillas de los aretes, ac?rcate me dijo, tomo una gran aguja, la empapo en anest?sico y procedi? a perforar mi ombligo, en el cual coloco el pendiente. -Se te ve divino, alg?n d?a te har? danzar delante de mi como toda una odalisca, dijo riendo Carolina. La tercera de las cajas conten?a dos argollas de plata con una piedra circular brillante incrustada en su circunferencia. Estas fueron las m?s dolorosas, terminaron en mi pecho colgando de mis tetillas. Pensaba que el trabajo sobre mi cuerpo estaba finalizado cuando v? que la dependiente sac? una jeringa y frascos con algunas soluciones. -?Que es eso? ?Qu? m?s me van a hacer?, en ese momento el p?nico se apoder? de mi -je, je, je. Ri? Carolina, no seas tan miedosa "mi ni?a", es s?lo un poquito de col?geno que pondremos en tus labios, nada del otro mundo, s?lo ser? un toquecito para que tu boca quede mas voluptuosa, por cierto esa boquita tiene aun que aprender muchas cosas, tienes que dejar el miedo, las mujeres nos sometemos a todas estas cosas con tal de vernos bellas. Sent? algunos pinchazos en mis labios, la sustancia penetraba en ellos engrosando su volumen, la boca parec?a como adormilada. -Listo dijo la dependiente, abriendo la puerta del cub?culo, afuera le arreglar?n el cabello y las u?as. Hola y media mas tarde al ver por primera vez en todo el d?a el reflejo de mi imagen en un espejo, tom? conciencia de lo radical de la transformaci?n, Mi rostro absolutamente feminizado con la nueva apariencia de mis cejas y labios estaba enmarcado por un cabello cortado a la "GAR?ON" con abundantes reflejos de color miel., dejando ver a ambos lados de mi cara los pendientes. Era sin duda un rostro del que emanaba una sensualidad desconocida para mi, nunca pens? pod?a yo portar ese magnetismo que ahora irradiaba. -?Sorprendida?, y eso que aun no tienes ni una gota de maquillaje, maquillada nadie podr? dudar que se trata del rostro de una mujer, la mujer que yo hice aparecer en ti. Me dijo Carolina. Estaba orgullosa de aquello que consideraba "su obra". -?Dios mio! Pens?, tomando repentina conciencia de lo mucho que hab?a cambiado mi aspecto y de lo lejos que hab?a sido capaz de llegar ?C?mo explicar?a esto a mis padres? Dentro de s?lo dos d?as ellos retornar?a a casa. Era demasiado brusco el cambio para aquellos que no hab?an tenido la oportunidad de ver la muerte de la oruga. -Carolina, hazme un favor, ll?vame a mi casa, debo arreglar un par de asuntos. Cuando me baj? del coche enfrente de la puerta de mi casa Carolina me dijo: -?No se te olvida algo?, no me has dado las gracias. - Gracias Carolina, le dije mientras me dirig? a la puerta. D?cima Parte. Epilogo Abr? la puerta de la casa, Sandra que estaba en la sala, no pudo reprimir un gesto de sorpresa cuando me vio. -?Hermanito! ?Estas bell?sima! Tienes el rostro distinto, ?Qu? te hiciste en tus labios? ?Que bellas te dejaron las cejas! El maquillaje es perfecto, se ve supernatural. -Gracias hermanita, dije con un tono de voz cargado de coqueter?a. - Carolina me llev? a un centro de est?tica, hicieron un gran trabajo. -?Qu? le vas a decir a nuestros padres, llegan ma?ana en la noche y te van a encontrar convertida en una mu?eca. -A eso vine Sandra, a ver como hago. Le contest?. Eran demasiados cambios en s?lo dos semanas, estaba seguro que no los comprender?an. -?Me prestas una dormilona para dormir?, le dije a mi hermana antes se subir a acostarme. ****** Papa, Mama, Esta nota probablemente sea el ?ltimo contacto que tendremos por alg?n tiempo. He decidido darle un rumbo diferente a mi vida, un rumbo que me impedir?a ser un buen hijo a los ojos de Uds. Me duele mucho tener que separarme de los dos, pero estoy segura que se esa forma ser? mejor para todos. Los quiere much?simo Su hija -Sandra ?Esto fue la ?nica nota que dej?? Pregunt? la madre con angustia en su voz. -Lo ?nico mama, pero el ya venia desde hace alg?n tiempito actuando medio "rarito", Uds. no se daban cuenta por que esta siempre muy ocupados en sus propios l?os ?No vistes mi bata de dormir sobre su cama? Anoche el "ni?o" durmi? con ella. -?Qu? hacemos ahora? ?Habr? que llamar a la polic?a? -La polic?a no har? nada, recuerda que el muchacho ya es mayor de edad. Respondi? el padre sin salir aun de su estupor ante la noticia del dr?stico cambio de su hijo. -Mama, recuerda que esta noche me invitaron a cenar en la casa de Carolina -Si hija, ve, as? al menos distraes la mente de esta angustia por lo de tu hermano. -Tranquil?zate mama, seguramente la "ni?a", la esta pasando divinamente y tu aqu? haciendo un dram?n. ***** Al otro lado de la puerta ya se escuchaban algunas voces, sabia que dentro de pocos momentos me llamar?an. Dirig? una mirada a las medias de nylon negro que cubr?an mis depiladas piernas, nerviosamente trataba de colocar sus costuras milim?tricamente alineadas, alis? mi minifalda negra, mir? mis manos con sus u?as acr?licas de color rojo intenso, el mismo tono que cubr?a mis labios. Quer?a lucir bella, perfecta, que no hubiese ni un m?nimo detalle del cual avergonzarse. Impaciente caminaba de un lado a otro de la estancia con mis nuevos tacones altos, repitiendo mentalmente lo que me hab?an ense?ado, "pasos peque?os, un pie delante del otro, balanceando un poco las caderas, punta, tac?n, punta, tac?n,...". Del otro lado de la puerta so?? una campa?illa, era la se?al que deb?a entrar. Alis? mi delantal, tom? la bandeja y entr?. A un extremo de la mesa estaba sentada mi hermana, le dirig? una vista furtiva y baj? la mirada. La voz de la se?ora Cristina, la cual encabezaba la mesa se escuch?: -Sandra, ya conociste a nuestra nueva criada, se llama Rosa.

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A Rosa in BloomChapter 3

Rosa rested on the soft bed, the air around her felt warm, and her body was sticky. She kept her eyes closed and lingered on the last two days of her life. The whole part where she jumped from already a little sex goddess to now something beyond. Not wanting to struggle with labels, she let her mind drift back to Vicky and Evelin. Since her adventure started, she could feel her body changing. Her balls were constantly buzzing and she could have sworn she could not only feel the buzz but also...

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Rosa

Rosa was a young Filipina girl only 18 years old and still a virgin. This wasn't because she wasn't interested in sex; instead it was because all of the boys her age seemed to be just too timid and unsure of themselves. Rosa wanted her virginity to be taken by an older, more experienced man, one with the confidence to just take what he wanted from her. Rosa's parents had arrived from the Philippines right before she was born and they were very conservative. They attempted to push this onto...

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The Gathering Book 1Chapter 19 Molly and Rosa and Dutch

With great reluctance, Dutch left Molly and returned to Rosa 's, took a shower and was watching the Cubs play the Twins on TV. Sosa had just hit his 33rd homerun to hold his lead over McGuire who had already belted his 29th off Mike Sirotka, of the White Sox when the women came home from Kathy's game. When the opportunity presented itself, he told Rosa about his afternoon adventure with Molly. "You're kidding me, that recluse?" "Some recluse," he smiled. "She fucked my brains out....

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A Rosa in BloomChapter 2

Vicky screamed her voice out as she felt another generous serving of white goo leave Rosa’s cock, joining the slushing sea of cum contained within her outstretched womb. Rosa was simply too much for her, too much for any women Vicky could think of. The pulses along the steel rod became less frequent, telling Vicky another eruption was over. Her flailing arms reached down to feel her bloated stomach the flesh felt soft, almost inviting Vicky to press harder and feel the new addition to her...

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A Rosa in BloomChapter 4

“1... 2... 3 ... Pull!” Sara called and heaved with all the force she could produce. In accord with Amy, they managed to pry the blonde cum balloon off of Rosa’s giant cock. A massive gush of cum escaped the once tight pussy and sprayed back at its creator. Rosa didn’t flinch as gallons sprayed against her cock, abdomen and breasts. The past year taught her a little jet of cum was nothing to be scared of, even if it’s bigger than what a man can make in a lifetime. Amy pushed what looked like...

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Rosa8217s Dog Adventure

Rosa stood at the edge of the dusty road and gazed off into the distance. The unforgiving South Texas sun baked the landscape and buildings, and brought out beads of perspiration on Rosa’s arms and forehead. She had no idea why she continued waiting by the road each afternoon, Jimmy wasn’t coming home. Not today, not tomorrow, not ever. The slender, young woman turned to see Pablito, a young pitbull, standing in her shadow. She wiped her forehead with the back of her...

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Rosa Diaz Humiliation

Since this interactive is female-only, there are a few characters changes I'm making to allow for that. Also, this interactive will be very unrealistic, obviously. The Captain: Amy is acting as the precinct's captain due to the fact that the last captain (Captain Nikki Martin) requested a precinct change after she was publicly humiliated by detective Diaz. Gina serves as Amy's assistant. The Sergeant: With Amy as the captain, a new Sergeant was moved into the precinct: Sergeant Madison Brooks....

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Sam And Rosa And Others

On my last work trip to the country I was fortunate enough to be able to have my wife Lisa accompany me. It was a rare pleasure indeed. We always enjoy each other’s company, but these days it’s not often we get some time together by ourselves. While I had to go to work each day I had the luxury of starting at a reasonable hour, and getting back with Lisa relatively early in the afternoon. We were like two k**s in a lolly shop. Lisa was able to go shopping during the day without worrying about...

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The Gathering Book 1Chapter 41 Rosa Gets her Nipples Pierced

10/19/99 Rosa bit into her doughnut and grimaced with the knowledge that although the doughy morsel was delicious, it wouldn't do either her figure or her heart any good. Rolling her eyes, she swallowed it with a gulp of coffee, managing to spill some that dribbled in a thin line down her chin. "Christ, I'm not very lady-like this morning, am I?" she asked herself as she wiped her chin with a napkin. "What the hell, after being with the Rourk's and those super-hung guys the other...

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The Gathering Book 1Chapter 47 Alice calls Rosa And Dutch Meets Helen again

It took only twenty minutes after viewing the photos Nola gave her for Alice to call Rosa to tell her of Robert's infidelity. Rosa quit her job for the day and drove over to comfort Alice. "And then she put the razor against my neck and cut my throat..." Alice indicated the large band-aid that covered the cut on her neck. They moved to the mirrored room and Rosa held her, whispering words of comfort and love to her dear friend and lover. As Alice's tears ended, Rosa began to pet her...

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My wifersquos Mom Rosa

My wife Gina and I are upwardly mobile, we both work and good jobs, and moved out of the city into the ‘burbs. We have a nice split level home, and no k**s. Maybe k**s one day, but we are happy as we are. Gina’s Mom, Rosalie came to live with us. Rosa as I call her is a short gal in her 70’s, with greyish hair and a bit of a moustache. Kind of plump, nothing too sexy about her, but she is a real sweetheart. She will not let us do house work, as she lives for free and feels it is her duty to...

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The Gathering Book 2Chapter 9 Dutch and Rosa Join the Others

Robert came in Ann's mouth. She tilted her head back, leaned forward, and swallowed. Everyone in the room except the cunt lapping Rosa looked on as his load went down her throat. Ann caught sight of Dutch and winked at him. He took four steps and presented his cock to her waiting lips and she gulped him into her mouth and began sucking voraciously. Alice groaned and came. Rosa immediately pushed herself away from her partner, stood up, and made her way over to Ann and Dutch. Alice was...

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Rosa My Love

My name’s Mark Dowd, and until a few months ago I was a corporate lawyer with Crombie, Noble, Hansen and Petrie, one of the giants of American law, with offices in New York and half a dozen other major cities across the country, plus London, Paris and Rome. I’m 31, six-feet-one tall and, if I say so myself, good looking, with typical black Irish features — vigorous hair the colour of jet, flashing dark eyes and high cheekbones that I flatter myself give me a kind of Heathcliff look. I work out...

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Asor esse Rosa

Asor esse Rosa By Armond Author's note: The verses found at the beginning of the second section are from the Dead Can Dance song, 'Fortune Presents Gifts Not According to the Book.' *** The man raised high his silvery sword, with tip pointed down, then drove it into the hard-packed earth. Sighing deeply, he leaned an elbow on its hilt and surveyed the organised chaos enfolding in front of him. A herd of beefy warriors body-checked one another as they raced up the steep stone...

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The Gathering Book 1Chapter 6 Hooking up with Rosa

'Unbelievable!' Dutch told himself, recalling that memorable night. "Just fucking unbelievable," this he said aloud. Of course the four had never gotten together again. Marty had been killed in a mugging two days before Alice and Robert returned from their honeymoon. They were all stunned by it and it was quite a while before Dutch had joined Robert and Alice for some fairly decent threesomes, But after getting together several times, some of the luster had been lost, something new was...

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The Gathering Book 1Chapter 49 Rosa Meets A Horny Client and Her Husband

Rosa truly enjoyed being a real estate agent, but some days were just plain frustrating. And this seemed to be one of them. She had lost an appointment with a good prospect to answer Alice's call. That didn't bother her, Alice had been troubled and still was and Rosa gnawed at her cuticle pondering the possible outcome of Alice's problem with Robert's infidelities and her own problems with having to pick up women on an almost weekly basis. She glanced at her watch and saw that her client...

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The Gathering Book 1Chapter 52 Rosa Tells Dutch to Take Kathy

When Dutch and Rosa finished with their lovemaking, he got up and placed a call to the Ruark's. Dutch heard Robert's rather terse tone with his opening, "Hello?" "Have you seen Alice yet?" Dutch inquired. "Uh huh," his friend said non-committedly. Dutch hated asking but with Rosa waiting to find out how things went he had no choice. "And?" "And what, Dutch?" "C'mon Robert, Rosa told me that Alice was laying in wait for you. That she'd caught you with some nurse and there...

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My San Antonio Rosa Chapter 1

A Short Preface: This story is a continuation of the story "My Spanish Teacher” that I wrote a few years ago. This story takes up a couple years after the previous story ends. Please read “My Spanish Teacher” before reading this so you will know the characters background and how they got to this point - it will make more sense that way. * I had been away at college in Dallas for two years after graduating high school. But when my father was killed in a terrible car accident, I had to move...

MILF
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My San Antonio Rosa Chapter 2

I knew what Rosa wanted. She wanted me to fuck her like I’d fucked her a couple years back when we first started seeing each other. And I wanted that just as much. This woman was the hottest thing I’d ever seen and her passions knew no bounds. But her sweet, syrupy pussy deserved some attention before I ravaged her. I couldn’t let all those delicious juices go to waste.So taking her by the hand, I led her into her apartment and over to the sofa. But not to sit down; no, I took her around behind...

MILF
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The Shiny LadiesChapter 8 Rosa

Nine-year-old Rosa Castillo woke up in a cloud, wearing no clothes. The bench was hard and uncomfortable, so she sat up. She heard sounds of her mama having sex. She got up very quietly, and padded across the room, and spied on her mother. She was at the base of a bench, lying on top of the nun, Maria. She was licking the nun's privates, and the nun was licking hers. This startled Rosa. Her mother had only had sex with men, in their little one room hut. Rosa had always stayed quiet, like...

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Negro Stud in Marital Bed

I was still in a deep haze, in bed as I began to awake. My legs were up in the air, still wearing my nude coloured stockings and suspender belt. Jazz my 13” equipped Negro lover was helping himself to my puffy, fuck battered pussy, from the night before! Before I had properly awakened he was 13” deep and pumping into me, balls slapping my pussy lips. I felt as if I was in a dream, but this time I was really cuming off, G spot orgasming. Jazz was holding my stocking clad legs wide apart and...

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De negro a rosa I

De Negro a Rosa La tarde transcurr?a con hast?o, me sent?a como enjaulado dentro de la casa, hacia mucho calor, el verano comenzaba, todos mis amigos hab?an abandonado la ciudad a disfrutar las vacaciones, y yo aqu? encerrado y aburrido. Sin muchas expectativas me dirig? al cuarto de mi hermana. -Hola Sandra, ?Qu? haces? -Me pinto las u?as, ?No lo ves? Mi hermana sentada sobre la cama pintaba las u?as de sus pies de un color negro intenso que le otorgaba ese aspecto medio "dark" que ella tanto cu...

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Rosa and the Wolves Prequel

Rosa couldn’t believe that she was even in this predicament, she thought to herself as she urged her horse faster, her big tits jiggling with every gallop the horse took. The horse neighed in fear, its breath coming faster now as it was urged to run as fast as it could, not only for the safety of the rider on its back, but for fear of the wolves that were chasing them. She looked behind her to see how close the wolves were, and she counted three of them, they were less than half a mile away...

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Pussy Rosa8217s First Affair

Rosa and I had been married for seven years before the idea of her having sex elsewhere than our marriage bed ever really came up. Both in our early- 30s, we had an active, varied, satisfying sex life, unlike so many couples that have been married for years. While I am a tall, slim, fairly average- looking gringo, she is a stunning Latina from South America, petite with big brown eyes, rich auburn hair, beautiful firm breasts, lush hips and the cutest little tush you could ever want to...

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Rosa

Rosa Rosa was a young Filipina girl only 18 years old and still a virgin. This wasn’t because she wasn’t interested in sex, instead it was because all of the boys her age seemed to be just too timid and unsure of themselves. Rosa wanted her virginity to be taken by an older, more experienced man, one with the confidence to just take what he wanted from her. Rosa’s parents had arrived from the Philippines right before she was born and they were very conservative. They attempted to push this onto...

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The Origins of Rosa

My name at the time was Juan. I was a young new immigrant, and I don't think I stood out from other Hispanics. I've got brown skin, dark brown eyes, straight jet black hair. The only thing in which I stood out a little was being smoother than most but I really don't think I looked very different from any other young Mexican. My two employers were somewhat older than me, muscular. One of them, John, was blond and the other, Jerome, was black. I knew my new employers were a gay couple,...

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Negro Se Chudi Or Shadi Ki

Hello Dosto. Kya haal hai? Pehle main apne bare mein btati hun. Main Ritika hun or 20 saal ki hun. Main Chandigarh k rehne vali hun or main college mein padhti hun. Meri height 5’7” hai or dekhne mein bhi main bhot sunder hun. Mera rang bhi gora hai. Figure bhi acha hai jaisa aam ladki ka is age mein hota hain. apka jyada tym na waste krte hue sidha apni baat pr aati hun. To dosto baat 2 saal pehle ki hai jabb main 18 saal ki thi or 12th mein study krti thi. main bhot hi ache ghar ki ladaki...

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My friend Rosa

My friend Rosa is now 18, but she used to be my pupil since her 16s. Rosa (​which means *pink​*" in Spanish​) is a colour which describes herself pretty well. You can find it in her mouth, lips, and down there between her legs​ if you are lucky​, along with the brown of her hair, eyes and, of course, nipples. We are now a bit more than friends, and much more than pupil and teacher... She is my slave. She is really shy, but a great, always horny and dirty minded slut.Except for that of my...

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BBC for BBW Rosa

It's 437 am and my cock is rock hard. I roll over and marvel at the trophy I brought home last night. It must have been the alcohol last night because she's not the normal type of chick I bring home. She was a big girl in her early 30s but she was pretty as fuck. Her short black hair complimented her chubby face. I remember talking to her at the bar and I think she said her name was Rosa. She was 5'5 and her bronze skin attracted me to her. Rosa was the sexiest fat Mexican I had ever seen....

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Negros Gang Bang My Wife

This story is about my wife – Rani. She is extremely beautiful, i mean having perfect figure of 36 32 and 38. I love her bumps. We are married for the last 4 years and don’t have any kid till now. We are planning to have one child but to continue sex adventure, we always postpone our planes. Let come to the story, We are staying in Hyderabad on rent at 2nd floor. On first and 3rd floor there are some Negros students which are staying and completing their studies. All are 6 feet plus heights and...

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De negro a rosa II

De Negro a Rosa (II Parte) By LaDivinaDiva La casa estaba situada en los suburbios, por lo que el viaje demor? unos 40 minutos, las v?as estaban bastante menos congestionadas que de costumbre como es habitual en los per?odos vacacionales. La entrada de la casa era amplia con una gran vereda sembrada de grama y ?rboles, era evidente que Carolina y su madre viv?an "como quer?an", sin mas l?mite que el de sus propios deseos. Al tercero de nuestros llamados Carolina abri? la puerta, estaba con un bikini ...

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La Zona Rosa

All rights reserved by the author, © 2002. No commercial re-prints authorized without express written permission of the author. I walked along looking at the buffet table. It was a shambles. The shrimp had been devastated. The crudités were scattered. The dips and chips had been thoroughly attacked. It was obvious an army had marched through the ballroom. I looked around the ballroom and saw the army in full retreat now that the free food was gone. I was in San Diego for a...

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Mr Black No 2 Mr Blacks Theater

Steph lay naked between the sheets waiting for Jack to come to bed. It was Saturday night, their designated date night. The kids were spending the night out. Jack and Steph had gone out to dinner at a new restaurant in town, and sat at a table in a two-level room with brick walls, a black iron staircase, and a curved ceiling painted to look like the night sky. It had been as if they’d been dining on a Venetian terrace. It had been a nice night.Jack came into the room, naked. His dick was...

Wife Lovers
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Mr Black No 1 Mr Blacks Dinner Party

As they lay naked in their bed, the sun slowly rising and sending yellow-orange rays through the curtains, wakefulness ever-so-slowly creeping through their bodies, Jack slowly dragged his fingertips along Steph’s thigh. Jack drew his lips to Steph’s ear and whispered, “I had an interesting dream.”Steph mumbled in response, unsure of whether she wanted to allow herself to cross over into wakefulness. She was warm and cozy under the covers and sleeping felt pretty damned good.“I was sitting at a...

Wife Lovers
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Solace Rosanna Ch 15

1999: Rosanna was certain that she had thought of the perfect gift for Solace. The only challenge would be finding such a specialized item. She had accompanied Solace to a meeting of an advocacy group for the blind and had seen the device. She had been so preoccupied gawking at it that she hadn’t thought to get the information on where it was manufactured. Thankfully, she had overheard the owner discussing the merits and at least she knew the name. Now, one month before Christmas, Rosanna...

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Solace Rosanna Ch 12

1999: Solace and Rosanna had known each other for a year. In that time they learned a great deal because they spent hours talking, mostly in person as they lived in such close proximity. Solace discovered that Rosanna had a real thing for neatness and order. This subject was the source of several heated discussions and activities. “Sol, why don’t you put your stuff where you’re going to find it. If you would put your cane, your bag, your shoes, your watch, your brush…everything in a special...

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Solace Rosanna Ch 16

2000: “Aren’t you ready yet, Sol?” called Rosanna impatiently from Solace’s living room. She glanced again at her watch, noting they had less than an hour to get to the rehearsal in time. They would have to take a taxi. Katrina would give them the evil eye. Rosanna could not understand why Solace found it so difficult to get herself together each time. She seemed to be organized only half the time and the other she spent in a hopeless state of confusion. Rosanna huffed in agitation. Suddenly,...

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Solace Rosanna Ch 06

2003: Mozart’s Eine Kleine Nachtmusik played relentlessly as Rosanna squirmed out from under Casey and began searching frantically for her cell phone. “Dammit! Where the hell is my briefcase, Casey?” She yelled as she ran from corner to corner. “Calm down, Ross! It’s only the phone,” Casey said languidly, enjoying the spectacle of a very sexy, very naked Ross run around her living room. She did not budge from her spot on the carpeted floor. “No, it’s not just the phone. It’s Matilda!”...

1 year ago
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Solace Rosanna Ch 19

2003: The day was overcast with the threat of rain, but Rosanna was prepared, as always, with her umbrella tucked in her shoulder-bag as she walked uptown to Matilda’s office. She recalled the times Solace had appeared at several of their meetings looking as if she’d been through a hurricane, hair plastered, soaked and wind-blown, but sexy, nonetheless. Damned sexy. On one such memorable occasion Solace had raced into a rehearsal-late–and dropped her belongings into a nearby chair. She had then...

2 years ago
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Solace Rosanna Ch 22

2003: Tears ran unaware and unchecked down L. D. Jansen’s face as she watched from her shadowy alcove as the stranger first embraced and then kissed the lips of the woman she had hoped to make her own. The tears were accompanied by a persistent ache in her abdomen, as if she’d been punched, but she could not turn away. Anger rose, but died just as quickly. With whom could she be angry–Solace, the stranger, herself? She had, in essence, pursued Solace. The fact that there seemed to be a shared...

4 years ago
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Solace Rosanna Ch 09

1998: Solace awakened that Sunday with anticipation. She was to meet Rosanna at Maria’s Market—a new restaurant on 91st street that offered what was billed as ‘healthy’ cuisine. Solace was not particularly health conscious, but she did make an effort to eat something nutritious at least a few times a week. She stood in front of her closet with the gooseneck lamp shining brightly over her shoulder. Gracious, that lamp is hot! I better pick something before I fry here. This was a thought that ran...

4 years ago
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Solace Rosanna Ch 05

1998: Solace and Rosanna traversed the avenues and then made their way uptown. They walked arm in arm, and both smiled inwardly at how comfortable it felt walking with a near-perfect stranger. Solace considered herself to be a carefree person, but this was a bit odd even for her. Rosanna, being the levelheaded pragmatist knew she must be suffering from some form of temporary insanity because of her usual reserved and cautious nature. They kept up a stream of conversation. Actually, Solace found...

3 years ago
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Solace Rosanna Ch 13

2003: Rosanna had only received one phone call from Matilda in the two weeks since her abrupt departure. She called to say that she was fine and would be staying with a friend in upstate New York. She did not offer a name and Rosanna stubbornly did not ask for one. She simply listened, her blood boiling and temples throbbing as Matilda explained that she needed to think about their future. Rosanna offered that perhaps they should discuss their future together, but Matilda had said that she was...

3 years ago
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Solace Rosanna Ch 18

2003: Matilda Harper sat in her office, drumming her impeccably manicured finger nails on the top of her ultra-neat glass-covered desk. She glared at the telephone as if the instrument had offended her in some way. As far as Matilda was concerned, it had because Rosanna had once again rebuffed her dinner invitation, claiming she had important reports to finish. This excuse was beginning to wear thin and Matilda had slammed down the phone in frustration. She knew that Rosanna was still smarting...

1 year ago
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Solace Rosanna Ch 11

A blue-jean clad Rosanna Romero lay on her bed, eyes closed, hands clasped behind her head, a faint smile playing around the corners of her lips. She was reliving her evening’s activities—well, mainly one activity. She and Anna had enjoyed some fairly intense kisses and caresses during the past months, but this evening she had returned a definite lover. They had ‘gone all the way’. It had been a first for both of them and, as any first time, it would not or could not ever be forgotten. As...

2 years ago
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Solace Rosanna Ch 08

2003: ‘I had her in my arms, Lee…in my arms and then she was gone!’ Casey whaled with her head in her hands. ‘You must be losing your touch,’ Leander offered, knowing this would get a response from Casey. As he thought, she looked up, her eyes blazing. ‘Not on your life! It was that damned cell phone call. It spoiled the whole moment.’ Casey sat up, her fingers gripping her knees. ‘I’m going to have her, Lee. She can’t just walk out of my life now.’ ‘You walked out of hers.’ Leander...

4 years ago
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Solace Rosanna Ch 04

Casey grinned evily. Casey grinned evily. The cab pulled up in front of a ten-story red brick private building on a tree-lined street. There were three steps leading up to the entrance. Rosanna sat up and reached for her wallet, but Casey placed a restraining hand on her arm. “I got it,” Casey said as she began counting out the fair. “My tab is growing. Now I’ll really owe you,” Rosanna growled. “Yes, It is, and I love it!” Casey grinned evily. She jumped out of the car, ran around to the...

3 years ago
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Solace Rosanna Ch 02

Rosanna had walked five blocks before she found herself stopping and slowly turning around to see if Sol was still standing there. Why? Why did she care? She didn’t. She let out a low moan. Solace had already gone. What did it matter? Mattie was expecting her for dinner and she definitely did not want to be late. That was another trait they shared—punctuality. Sol had not known the meaning of the word. Mattie was always ready when she was supposed to be. Never more would Rosanna have to wait by...

1 year ago
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Solace Rosanna Ch 23

First, I would like to thank you, Faithful Reader, for sticking with the story. I would also like to send a special thanks to those who took the time to vote. That really meant a great deal to me. Perhaps I should have posted this work in Romance, as it was probably not as spicy as most would have liked. But I am a novice at this and will think before I post next time. Until then, happy reading and writing to you all! –Alacia I would also like to apologize for the late posting of this part. I...

3 years ago
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Solace Rosanna

Solace “Sol” Tynan stood, swaying slightly, as she watched her now ex-best friend and lover, Rosanna “Sanna” Romero, stride purposefully across the street. It was a damned good thing she was holding tightly to her mobility cane because she might have made quite a spectacle of herself by crumpling to the sidewalk for no good reason that anyone could discern. Well, she new she would have a good reason, but no one else would. Rosanna neither looked left nor right, only straight ahead—which was...

3 years ago
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Solace Rosanna Ch 07

1998: Solace moaned so loudly that she woke herself up. Her heart was beating as if she had just completed the New York City Marathon. To her delight, she was still experiencing remnants of the intense orgasm that had been induced by the passionate love-making she and Rosanna Romero had shared. She basked in the euphoric feeling of the contractions of her vaginal muscles. How strange, she thought hazily. I just met her. How could I be dreaming about her already? When she came back to her...

1 year ago
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Solace Rosanna Ch 21

2003: “Leander, What the hell are you doing?” Casey shrieked in horror. She had stopped to check on Leander’s progress with the decorating. She thought it would be safe enough to leave him with the simple task of artfully draping blue streamers around the guardrail of the roof garden. She should have been more vigilant. How had he sneaked the hugest bag of cotton-balls she had ever seen passed her? In the ensuing weeks since they had decided to have the party, they had learned that they...

4 years ago
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Negro Invasions

Do The Right Thing Gina Kramer came home late after partying all night with a bunch of her girlfriends. She left work early so that she could take advantage of the free drinks for ladies on Thursday nights at her favorite bar. She promised herself that she wouldn't stay out late. She had a major assignment that needed to be completed and on her boss's desk by noon time Friday. She promised herself that she would end her night early and get to the office before anyone else did. She worked...

3 years ago
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Solace Rosanna Ch 03

“Bizarrey! Bizarrey!” Solace called as she entered her apartment. “Mommy’s home! Come here, sweetums!” That’s probably why she’s staying away, Solace thought. What self-respecting cat would want to be called ‘sweetums’? She dumped her cane and shoulder-bag at the door and began to search her one-bedroom apartment. She looked in all of Bizarrey’s known hiding places without success—under the bed (which was useless since she would not have been able to see her there anyway), on the window sills,...

2 years ago
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Solace Rosanna Ch 14

2003: Solace let the phone ring at least four times before she answered it. For two weeks she had picked up the offending instrument on the first ring had been crestfallen each time. It was not that she didn’t have the desire to hear from her family and friends, she simply desperately longed to hear Rosanna’s low, smooth tones. She attributed her physical symptoms of lethargy, insomnia, and lack of appetite to the breakup. She cried more tears than she thought humanly possible, Bizarrey the Cat...

2 years ago
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Rosas Cantina

Jolina was sitting just as pretty as a papaya with her bestie Fernanda, right there in the middle of Rosa's on the southern tip of Belize, just inside coastal Punta Gorda. The city's place name translates to "Big Point" (or "Fat Cock" as the gurls refer to it). It wasn't Rio but it did have it's internationally infamous hot spots and clothing optional beaches.Anyway, Rosa's was chock full of gringo touristas, many of them ogling bros and husband types, nothing new thought Jolina. Except... for...

2 years ago
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Fucking My Sexy Lodger Pinki

Hi everyone! I’ve been an avid reader of ISS for a good number of years now. During that time i’ve had some memorable sexual encounters with a number of hot women. One of them was with a lodger who was staying with us by the name of Pinki. She was a 26 year old university student, originally from Dhaka, Bangladesh. Pinki was a real stunner! From the moment she took up residence in our home (albeit temporary), I couldn’t keep my eyes off her. She had dusky features, sexy mascara laden eyes with...

4 years ago
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A guy and his 38 Rosalinda

Rosalinda's eyes grew wide as she looked at the retreating back of Jake. Then the tears started to flow, he hadn't forgotten about her! He still loved her then again she thought she'd know that instantly. Gen stood off to the side, she'd felt and heard everything. Their master truly was unique Gen had never heard in her life nor seen anyone in history that was even close to their master. Heaving a contented sigh she decided that she'd just fallen even in more in love with Master...

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